ANTECEDENTES
La construcción de alianzas estratégicas entre los sectores público y privado para el fortalecimiento de la resiliencia de las naciones y las comunidades a través de la reducción del riesgo de desastres, figura en la agenda de la institucionalidad latinoamericana y caribeña especializada en la gestión del riesgo. Este año el tema cobra especial relevancia dada la reciente adopción del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 por parte de las Naciones Unidas, el cual constituye el referente global por excelencia en materia de Gestión Integral del Riesgo.
Esta agenda es respaldada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR), por intermedio de su Oficina Regional para las Américas y la Oficina de Coordinación de Asistencia Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA), con las cuales la Secretaría Permanente del SELA ha venido trabajando esta materia en estrecha coordinación y colaboración.
Lo relativo a la ayuda humanitaria es también una de las prioridades de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la cual viene promoviendo y apoyando a las Reuniones Regionales de los Mecanismos Internacionales de Asistencia Humanitaria (MIAH). Por otra parte, en el Plan de Acción de MIAH se fija entre sus objetivos “Alentar las asociaciones estratégicas con el sector privado”, las cuales son coordinadas por el SELA.
Durante la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Reducción del Riesgo de Desastres realizada en marzo del 2015 en Japón, se aprobó el mencionado Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 que hace hincapié en la necesidad de que los sectores público y privado colaboren más estrechamente y creen oportunidades de actuación conjunta, de manera que las empresas integren el riesgo de desastres en sus prácticas de gestión.
En sus actividades para promover las alianzas público-privadas para la reducción del riesgo ante desastres naturales, la Secretaría Permanente del SELA ha relevado la necesidad de continuar fortaleciendo la colaboración y complementación entre ambos sectores, con la finalidad de potenciar la capacidad de prevención y respuesta de la sociedad y sus instituciones en las situaciones de desastre y, sobre todo, fomentar la construcción y consolidación de comunidades y sociedades resilientes.