ANTECEDENTES
Los países de América Latina y el Caribe se han caracterizado por diseñar mecanismos institucionales que permitan una mejor coordinación de los asuntos de interés para la región, especialmente a través de los sistemas de integración y los organismos internacionales. Estas iniciativas que requieren mejor cohesión y seguimiento aún no han alcanzado el nivel de integración política y económica que sí se ha logrado en otras partes del mundo, como en la Unión Europea o en la ASEAN.
En ese sentido, el proceso de integración en América Latina y el Caribe tiene la peculiaridad de tener segmentaciones subregionales y dar respuesta a aspectos comerciales sobre los políticos, además de atender a la integración social con especial énfasis en las zonas fronterizas. Se han concretado esfuerzos, durante los últimos 25 años, para promover iniciativas que mejoren las condiciones de vida de los habitantes de la región a través de un enfoque de amplias políticas de bienestar social, como consecuencia del crecimiento económico que benefició a América Latina y el Caribe, y que les ha permitido atender, gracias al aporte financiero del cual disponían algunos países, las extensas desigualdades socio-económicas que aquejan al continente.
A pesar del avance en materia económica y comercial, las desigualdades referidas al área de la salud persisten, tanto a nivel de país como a nivel regional. Esto implica que los sistemas nacionales de salud de los países de la región tengan la necesidad de desarrollar soluciones que sean capaces de responder a la problemática que representa la inequidad en la cobertura y acceso de la atención en salud para la población en la región, tomando en cuenta consideraciones como la sostenibilidad política y financiera. Actualmente, esta problemática sigue siendo un punto pendiente en la agenda de desarrollo regional.
Algunos avances en esta materia han sido alcanzados a través de la Cobertura Universal de Salud (CUS), la cual ha estado en el centro de la agenda global de salud pública recientemente. Su adopción permite a los sistemas nacionales de salud contar con mecanismos de evaluación costo – efectividad de las inequidades en materia de salud. Un ejemplo de esto se encuentra en el impulso que el Banco Mundial (BM) genera en el tema, al adoptar la CUS como uno de los pilares fundamentales en su misión de erradicar la pobreza extrema para el año 2030. Igualmente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) adoptó en el 2014 una estrategia regional para la CUS que expresa el compromiso, entre los Estados miembros de la OPS de fortalecer los sistemas nacionales de salud y lograr que los mismos provean servicios de calidad, garantizar la protección financiera a los usuarios y promover políticas públicas que aborden los determinantes socio-económicos que tienen una incidencia en los sistemas de salud en la región.
Alcanzar la cobertura universal de salud (CUS) para 2030, tal y como está expresado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 3: Salud y bienestar, y el cumplimiento de las metas 3.7: “Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales”, y 3.8: “Lograr la cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos”; requerirá que los países de América Latina y el Caribe puedan unir esfuerzos y comprometerse a diseñar e instrumentar los mejores mecanismos institucionales y de políticas públicas, lo cual, ineludiblemente, demanda una mejor coordinación y cooperación entre los países de la región, conjuntamente con los organismos regionales, a fin de armonizar acciones y estrategias.
Con esta reunión se espera contribuir con la reflexión sobre el tema, la promoción de espacios de cooperación y sinergias, así como la generación de acuerdos que permitan, de la mano a lo estipulado por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que nadie se quede atrás en el gozo y acceso a sistemas de salud equitativos, oportunos y de calidad en la región.