EL SELA ABORDA LAS RELACIONES ENTRE EL MEDIO ORIENTE Y AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La cooperación Sur-Sur es una de las áreas en donde América Latina y el Caribe y el Medio Oriente pueden colaborar, con vistas al fortalecimiento de la relación recíproca y de posicionamientos ante temas globales.
Nota de Prensa
Caracas, 23 de agosto de 2012.- El Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) presentará el martes 28 de agosto en la sede de su Secretaría Permanente el documento Las relaciones de América Latina y el Caribe con el Medio Oriente: Situación actual y áreas de oportunidad, el cual aborda el estado de dichas relaciones, sus características más resaltantes y los temas que la región debería desarrollar con las naciones del Medio Oriente.
El informe ofrece un panorama general del estado de la relación birregional, con un análisis del marco jurídico a partir del cual se desarrollan los vínculos bilaterales entre los países latinoamericanos y caribeños y del Medio Oriente, cuyo andamiaje institucional, expresado en acuerdos entre los países de ambas regiones, refleja la existencia de una rica agenda, sobre todo en temas de cooperación para el desarrollo, crecimiento, reducción de la pobreza, protección del medio ambiente, cultura y educación, eficiencia energética y utilización de energías renovables, entre otros, así como coincidencias importantes en foros regionales y multilaterales. Esta serie de acuerdos reflejan objetivos comunes y ponen de relevancia la importancia que ambas regiones le otorgan al multilateralismo como la vía para alcanzar acuerdos y resolver diferencias.
La relación entre América Latina y el Caribe con los países del Medio Oriente recibió un fuerte impulso con el establecimiento en 2005 del proceso de Cumbres de los países de América del Sur y Países Árabes (ASPA), cuya primera de ellas se llevó a cabo en Brasilia, sustentada en una amplia agenda de temas de coordinación política, económica, cultural, de ciencia y tecnología, y ambiental, madurando su institucionalización a través de cumbres, reuniones de cancilleres y grupos de trabajo, acompañado por el componente empresarial.
El documento señala que el acercamiento entre ambas regiones no es del todo nuevo; sus inicios se encuentran en los flujos migratorios del Siglo XIX, cuando poblaciones del Medio Oriente se dirigieron hacia diversos países de América Latina y el Caribe y tiene antecedentes directos en los acercamientos que se suscitaron con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, cuando varios países del Medio Oriente lograron su independencia.
El renovado interés por construir puentes entre ambas regiones, que se observa con la creación del foro ASPA, abre una diversidad de oportunidades que hasta ahora se habían mantenido poco exploradas debido a la ubicación geográfica, el desconocimiento de las realidades respectivas, lo limitado de las corrientes de comercio e inversión recíprocas, la poca conectividad y un marco jurídico institucional que requiere de mayor solidez para impulsar la relación birregional.
Hoy, los países de América del Sur y del Medio Oriente están en una mejor posición para avanzar una rica agenda de colaboración donde ambos resulten beneficiados; pero la relación es aún incompleta, pues falta incorporar a este diálogo permanente e institucionalizado a los países de Centroamérica, el Caribe y México que, en su conjunto, representan más de 150 millones de habitantes. Aunque dichos países no son parte del ASPA, también han desarrollado vínculos con el Oriente Medio, lo que podría contribuir a fortalecer el mecanismo.
Una vía de acercamiento bilateral y birregional ha sido la negociación de acuerdos comerciales; otra, la firma de acuerdos para la promoción de inversiones, mismos que han plasmado una base fundacional para promover los flujos de comercio, inversión y negocios. El comercio bilateral y birregional, aún incipiente, se concentra en pocos productos, en tanto que la proporción del comercio respectivo representa un porcentaje muy bajo del comercio total que a nivel de país y como región realizan con el mundo.
El informe detalla que para el año 2010, las exportaciones de América Latina y el Caribe al Medio Oriente fueron de US$25.772 millones, lo que representó apenas 2,91% de las exportaciones que nuestra región hizo al mundo (US$885.901 millones). Por su parte, los países del Medio Oriente vendieron en América Latina y el Caribe US$13.674 millones, pero la región importó en total US$889.369 millones, lo que significa que América Latina y el Caribe sólo adquiere del Medio Oriente 1,54% de sus compras externas totales. Estas cifran permiten sugerir que existen amplias posibilidades para abrir nuevas oportunidades comerciales en ambas vías.
Resulta particularmente valioso que las comunidades empresariales de ambas regiones, organizadas en cámaras y asociaciones bilaterales de países del Medio Oriente y de América Latina y el Caribe, ya constituyen un sólido fundamento para impulsar los flujos de comercio e inversión en el largo plazo y pueden ser un catalizador aún más poderoso para la promoción de negocios entre ambas partes.
La cooperación Sur-Sur es una de las áreas en donde América Latina y el Caribe y el Medio Oriente pueden colaborar de manera constructiva, con vistas al fortalecimiento de la relación recíproca así como en sus posicionamientos ante temas globales. Específicamente, se analizan algunas coincidencias que fue posible identificar en diversos foros regionales y multilaterales, así como en los avances en la ASPA en torno a los temas de energía, medio ambiente, educación y cultura, turismo y transporte, detalla el trabajo elaborado por el SELA.
Con este documento, la Secretaría Permanente del SELA continúa un proceso de elaboración de propuestas con vistas a fortalecer la relación de América Latina y el Caribe con países del Medio Oriente, en el marco de la coyuntura política y social que viven varias naciones de esa región.