EL SELA PRESENTA DOCUMENTO SOBRE LAS RELACIONES ACTUALES ENTRE CHINA Y AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La cooperación política y diplomática con China ha reflejado el notable acercamiento al que obligan los intereses compartidos derivados del crecimiento del intercambio comercial y del flujo de inversiones.
Caracas, 21 de septiembre de 2012.- El Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) dará a conocer el próximo 25 de septiembre el estudio denominado “Las relaciones entre China y América Latina y el Caribe en la actual coyuntura económica mundial”, el cual contribuye al análisis sobre la que se considera la economía más dinámica a nivel global y aquélla con mayor impacto en el crecimiento reciente de la economía de la región latinoamericana y caribeña.
Este informe elaborado por la Secretaría Permanente del SELA pasa revista a la contribución de China a atenuar, mediante su demanda de importaciones y planes de inversión, la brusca desaceleración de la economía internacional ocurrida a fines de la primera década de este siglo, así como los riesgos que se presentan a corto y mediano plazo ante las perspectivas de un efecto menos benéfico del crecimiento chino para el resto del mundo, motivado por el cambio de énfasis de la política económica de China de la inversión hacia el consumo interno, y por una recuperación más errática del crecimiento global.
Asia en desarrollo -y China dentro de ella- es la región del mundo que no ha dejado de crecer, aunque los incrementos esperados para el corto plazo sean menores a la tendencia del siglo actual, según las proyecciones de los principales organismos internacionales, tomando en cuenta el resultado de la crisis en la zona del euro, el crecimiento de las economías desarrolladas, el cual será mínimo y posiblemente negativo, y que la hasta ahora elevada tasa de crecimiento de China se verá atemperada, con lo cual las exportaciones de nuestra región a ese país casi seguramente reportarán disminuciones, y los precios de las materias primas entrarán en una etapa de alta volatilidad e incertidumbre, tanto por la reducción de la actividad productiva global, como por las fluctuaciones en los tipos de cambio de las principales divisas internacionales.
Entre 2008 y 2009 el intercambio comercial entre China y América Latina y el Caribe sufrió apenas una moderada contracción e inmediatamente se recuperó como resultado de la reactivación de la alta tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) chino, que requirió importaciones elevadas de materias primas agrícolas y minerales, commodities en los que América del Sur se ha especializado en su relación comercial con China en los últimos años, en tanto que México y Centroamérica exportan manufacturas y componentes industriales a ese país asiático, de manera que el efecto favorable del exitoso programa contracíclico de China fue mucho menor en esta subregión, apunta el informe.
El documento señala que la participación de China en el comercio exterior de Latinoamérica y el Caribe ha crecido en los últimos años y aparentemente ya es el segundo socio comercial por países de la región, después de Estados Unidos, aunque la participación relativa del intercambio sino-latinoamericano en el comercio exterior total de ambas partes es todavía pequeña si se la compara con el intercambio de cada una de ellas con el mundo, sin dejar de tomar en cuenta que en un lustro casi se ha duplicado para la región.
Las cifras muestran que nuestra región registró un déficit frente a China de US$1.853 millones en 2006 y cinco años más tarde un modesto superávit de US$44 millones.
Brasil es el país que más ha aumentado el comercio con la República Popular de China, colocándose en 2010 como el socio número uno del comercio exterior del gigante suramericano, seguido por Chile y México, que pasó del segundo lugar en 2006 al tercero en 2010.
En cuanto a la Inversión Directa Extranjera (IED), el destino principal de las inversiones chinas es Asia, y en segundo lugar están los 34 países de América Latina y el Caribe, que registraron una aguda contracción de las IED chinas en esta región entre 2006 y 2007 (-42,1%), lo que podría explicarse por una desviación de esas inversiones hacía África, Europa y Asia.
En 2008 la contracción de los flujos chinos de IED a Latinoamérica y el Caribe alcanzó su mayor expresión del lustro y, a partir de 2009 (año de la recesión mundial) hay una importante recuperación, de forma tal que en 2010 se superó finalmente el nivel de cinco años atrás, a una tasa acumulada de 24,4% y a una tasa promedio anual de 5,6%.
El trabajo del SELA constata que la cooperación política y diplomática con China ha reflejado el notable acercamiento al que obligan los intereses compartidos derivados del crecimiento del intercambio comercial y del flujo de inversiones. Al mismo tiempo, subraya que estas relaciones no son uniformes atendiendo a las diferentes realidades que caracterizan a las distintas subregiones de América Latina y el Caribe en sus relaciones con el país asiático, para algunas de las cuales esta economía de hecho representa más un riesgo que una oportunidad.
A pesar de estas diferencias, el SELA en su informe subraya la urgencia para la región de contar con una perspectiva concertada y homogénea de negociación frente a China, basada en sus esquemas de integración y los intereses comunitarios que de ellos se derivan, y susceptible de servir de marco de referencia para definir proyecciones de intereses conjuntos.