LA UE COMPROMETE SU APOYO A GRECIA, AUNQUE NO BRINDA DETALLES DE UN RESCATE
12 febrero 2010
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Publicado por The Wall Street Journal, EEUU
Bruselas, 12 de febrero.-Los líderes europeos insistieron que no dejarán que Grecia sucumba a su crisis de crédito y ofrecieron un respaldo sin precedentes que podría llevar a los 16 miembros de la zona euro a asumir una responsabilidad conjunta en materia de deuda y presupuesto.
Los países que comparten el euro "tomarán acciones decididas y coordinadas, de ser necesario, para salvaguardar la estabilidad financiera de la zona euro en su totalidad", dijeron los líderes de la Unión Europea (UE) en una cumbre realizada el jueves en Bruselas.
La declaración representa un importante reconocimiento de que los problemas fiscales de un miembro de la zona euro pueden traspasarse al resto. Se trata de un paso histórico en el experimento europeo con una moneda común, que en sus once años de vida ha insistido con vehemencia que cada país miembro tenga una política fiscal soberana.
La UE, en todo caso, no llegó al extremo de delinear el funcionamiento de un plan de rescate, lo que decepcionó a los mercados cambiarios, que buscaban detalles concretos del plan.
El euro cayó a US$1,37 en la tarde del jueves frente a una cotización previa de US$1,38, mientras que las bolsas europeas tuvieron reacciones variadas.
Las bolsas de París y Francfort registraron caídas leves, pero otros mercados subieron. Los diferenciales, o spreads, entre la deuda griega y la de otros países se estrecharon el jueves, una señal de que los inversionistas ahora tienen más confianza sobre la capacidad de pago de Atenas.
La intención original de la reunión era tratar asuntos económicos a largo plazo, incluyendo una coordinación más cercana entre los gobierno europeos.
Sin embargo, el deterioro de los mercados y la posibilidad de que las tribulaciones de Grecia se contagiaran a otros miembros obligó a los asistentes a tomar cartas en el asunto.
La opacidad del comunicado refleja un delicado equilibrio. La UE debe convencer a los mercados, en particular el de bonos, que los países más importantes de la zona euro, encabezados por Alemania y Francia, no permitirán el colapso de uno de sus miembros, pero sin disminuir la presión para que Grecia ponga en práctica severos ajustes presupuestarios.
La batalla de Grecia para controlar su deuda ha desatado temores de una posible cesación de pagos entre los inversionistas. Esto, a su vez, ha afectado a otros países del bloque con altos niveles de endeudamiento como Portugal, España, Irlanda e Italia. Las autoridades temen que esta clase de efecto dominó desestabilice el euro y estremezca la economía europea y mundial.
El espaldarazo de la UE a Grecia representa un reconocimiento implícito de que el bloque cambiario necesita resolver lo que algunos consideran su principal debilidad: la ausencia de una política fiscal coordinada.
Bajo el sistema actual, el Banco Central Europeo (BCE) tiene la facultad de implementar la política monetaria del bloque, pero tiene escasa influencia sobre la política fiscal de los países miembros.
La crisis de la deuda griega demuestra la necesidad de una mayor coordinación de políticas económicas y facultades más amplias para obligar a los países a ceñirse a ciertas normas, señala Jean-Pierre Jouyet, director del regulador bursátil francés y ex secretario europeo del presidente Nicolas Sarkozy.
"Hay un agujero en la estructura" de la unión monetaria europea, agregó. "El ejemplo de Grecia ilustra que la UE necesita nuevas herramientas para tratar estos desequilibrios", dijo. Puesto que la UE no dispone de las herramientas apropiadas para rescatar países miembros, debería trabajar estrechamente con el Fondo Monetario Internacional, manifestó Jouyet.
El primer ministro griego, George Papandreou, indicó durante la cumbre que su país no necesita ayuda. Grecia ha fijado la meta de recortar en cuatro puntos porcentuales su déficit fiscal de 2010 y hará "lo que sea necesario" para cumplir sus objetivos, aseveró Papandreou.
Grecia representa menos del 3% de la economía de la zona euro, que bordea los US$12 billones (millones de millones), pero ha violado reiteradamente las normas de la UE que exigen a los países miembros que sus déficits fiscales no excedan el 3% de su Producto Interno Bruto (PIB).
El apoyo verbal a Grecia envió un claro mensaje a los mercados, indican los analistas. Hay una garantía encabezada por Alemania de que Grecia no va a caer, dijo Daniel Gros, director del Centro de Estudios de Política Europea, con sede en Bruselas.
Bruselas, 12 de febrero.-Los líderes europeos insistieron que no dejarán que Grecia sucumba a su crisis de crédito y ofrecieron un respaldo sin precedentes que podría llevar a los 16 miembros de la zona euro a asumir una responsabilidad conjunta en materia de deuda y presupuesto.
Los países que comparten el euro "tomarán acciones decididas y coordinadas, de ser necesario, para salvaguardar la estabilidad financiera de la zona euro en su totalidad", dijeron los líderes de la Unión Europea (UE) en una cumbre realizada el jueves en Bruselas.
La declaración representa un importante reconocimiento de que los problemas fiscales de un miembro de la zona euro pueden traspasarse al resto. Se trata de un paso histórico en el experimento europeo con una moneda común, que en sus once años de vida ha insistido con vehemencia que cada país miembro tenga una política fiscal soberana.
La UE, en todo caso, no llegó al extremo de delinear el funcionamiento de un plan de rescate, lo que decepcionó a los mercados cambiarios, que buscaban detalles concretos del plan.
El euro cayó a US$1,37 en la tarde del jueves frente a una cotización previa de US$1,38, mientras que las bolsas europeas tuvieron reacciones variadas.
Las bolsas de París y Francfort registraron caídas leves, pero otros mercados subieron. Los diferenciales, o spreads, entre la deuda griega y la de otros países se estrecharon el jueves, una señal de que los inversionistas ahora tienen más confianza sobre la capacidad de pago de Atenas.
La intención original de la reunión era tratar asuntos económicos a largo plazo, incluyendo una coordinación más cercana entre los gobierno europeos.
Sin embargo, el deterioro de los mercados y la posibilidad de que las tribulaciones de Grecia se contagiaran a otros miembros obligó a los asistentes a tomar cartas en el asunto.
La opacidad del comunicado refleja un delicado equilibrio. La UE debe convencer a los mercados, en particular el de bonos, que los países más importantes de la zona euro, encabezados por Alemania y Francia, no permitirán el colapso de uno de sus miembros, pero sin disminuir la presión para que Grecia ponga en práctica severos ajustes presupuestarios.
La batalla de Grecia para controlar su deuda ha desatado temores de una posible cesación de pagos entre los inversionistas. Esto, a su vez, ha afectado a otros países del bloque con altos niveles de endeudamiento como Portugal, España, Irlanda e Italia. Las autoridades temen que esta clase de efecto dominó desestabilice el euro y estremezca la economía europea y mundial.
El espaldarazo de la UE a Grecia representa un reconocimiento implícito de que el bloque cambiario necesita resolver lo que algunos consideran su principal debilidad: la ausencia de una política fiscal coordinada.
Bajo el sistema actual, el Banco Central Europeo (BCE) tiene la facultad de implementar la política monetaria del bloque, pero tiene escasa influencia sobre la política fiscal de los países miembros.
La crisis de la deuda griega demuestra la necesidad de una mayor coordinación de políticas económicas y facultades más amplias para obligar a los países a ceñirse a ciertas normas, señala Jean-Pierre Jouyet, director del regulador bursátil francés y ex secretario europeo del presidente Nicolas Sarkozy.
"Hay un agujero en la estructura" de la unión monetaria europea, agregó. "El ejemplo de Grecia ilustra que la UE necesita nuevas herramientas para tratar estos desequilibrios", dijo. Puesto que la UE no dispone de las herramientas apropiadas para rescatar países miembros, debería trabajar estrechamente con el Fondo Monetario Internacional, manifestó Jouyet.
El primer ministro griego, George Papandreou, indicó durante la cumbre que su país no necesita ayuda. Grecia ha fijado la meta de recortar en cuatro puntos porcentuales su déficit fiscal de 2010 y hará "lo que sea necesario" para cumplir sus objetivos, aseveró Papandreou.
Grecia representa menos del 3% de la economía de la zona euro, que bordea los US$12 billones (millones de millones), pero ha violado reiteradamente las normas de la UE que exigen a los países miembros que sus déficits fiscales no excedan el 3% de su Producto Interno Bruto (PIB).
El apoyo verbal a Grecia envió un claro mensaje a los mercados, indican los analistas. Hay una garantía encabezada por Alemania de que Grecia no va a caer, dijo Daniel Gros, director del Centro de Estudios de Política Europea, con sede en Bruselas.
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