JAPÓN Y EU DEBILITAN SUS MONEDAS E IMPULSAN AL EURO

24 septiembre 2010

Fuente: Publicado por El Economista, México vía Yahoo! Noticias

Estados Unidos da la impresión de permitir la depreciación del dólar para alentar su crecimiento y Japón vende yenes en forma masiva para proteger sus exportaciones, pero la Eurozona parece condenada a tener una moneda fuerte, garante de la estabilidad aunque sinónimo de menos competitividad.

El euro, que se cotizaba a 1.27 dólares el 13 de septiembre, superó el miércoles 1.34 dólares por primera vez desde fines a abril, cuando la crisis por las deudas soberanas de algunos miembros de la Eurozona empezaba a angustiar a los mercados.

La suba del euro se acentuó tras el anuncio de la Reserva Federal norteamericana (Fed) de que estaba dispuesta a adoptar nuevas medidas para enfrentar la desaceleración de la economía de Estados Unidos.

Entre esas medidas podría estar la de fabricar moneda, algo que lógicamente debilitaría al dólar.

En Japón, en tanto, las autoridades resolvieron lanzar el pasado 15 de septiembre una operación espectacular de venta de divisas para frenar el alza del yen, que había tocado su nivel más alto de los últimos 15 años ante el dólar.

"La consecuencia lógica de esta batalla entre Estados Unidos, Japón y por supuesto China (acusada en forma regular de manipular su moneda) es que el euro debería subir, como en el 2002", comentó el experto Simon Derrick, de BNY Mellon.

En efecto, si norteamericanos y japoneses pueden intervenir con relativa facilidad para orientar sus monedas, en la zona euro las cosas son distintas.

La primera razón de ser del Banco Central Europeo (BCE) es controlar que la inflación no se dispare y no actuar en el tipo cambiario, recuerda el economista Gilles Moec, de Deutsche Bank.

Para intervenir en el euro, el BCE necesita el apoyo de los 16 países que integran la Eurozona.

"No es seguro que el BCE pueda encontrar un consenso con los países miembros" sobre ese tema, indica Moec.

En efecto, mientras Francia critica en forma regular un euro fuerte que castiga sus exportaciones, Alemania considera que esa fortaleza es de "interés vital".

Esto se debe a que la estructura de su comercio exterior la pone relativamente al abrigo de las fluctuaciones de la moneda única, ya que el 41% de sus exportaciones van a países de la Eurozona y algo más del 60% a países de la Unión Europea (UE).

Por otra parte, un euro fuerte se corresponde con las preferencias históricas de Berlín en materia monetaria, ya que el país quedó muy marcado por la inflación galopante de los años 30 que contribuyó a llevar al poder al nazismo.

En cambio, "Grecia, Portugal y España preferirían probablemente un euro más cerca de la paridad con el dólar", señala Michael Hewson, analista de CMC Markets.

De todos modos, y más allá de un acuerdo europeo, una intervención sobre el euro "solo puede ser eficaz si es concertada a nivel internacional", es decir con la ayuda de Estados Unidos y Japón, que no parecen interesados por el momento, estima Gilles Moec.