LOS PAÍSES MÁS POBRES HAN SOPORTADO LA RECESIÓN, PERO CONTINÚAN ATRAPADOS EN UN CICLO DE AUGE Y CRISIS

26 noviembre 2010

Fuente: Tomado de la Web de la UNCTAD

Ginebra, 26 de noviembre- Si bien los países menos adelantados (PMA) han resistido la ralentización económica mundial mejor de lo que se vaticinaba en términos generales, continúan atrapados en los ciclos de auge y crisis que azotan sus economías desde hace mucho tiempo. El informe 2010 de la UNCTAD llamado El informe de 2010 sobre los países menos adelantados(2) alerta de que las perspectivas a corto plazo para estos países son motivo de preocupación.

El informe recomienda que los 49 países más pobres del mundo desarrollen su capacidad de producción, a saber, su capacidad para producir de forma eficiente y competitiva una creciente variedad de bienes y servicios de mayor valor añadido mediante las mayores inversiones y la innovación. De no hacerlo, les resultará difícil librarse de la pobreza y erradicar sus debilidades crónicas. Según el informe, con los patrones actuales de gran dependencia de la exportación de productos primarios y manufacturas de escaso valor añadido, ni siquiera los períodos de bonanza han contribuido mucho a mejorar el nivel de vida. Según las nuevas cifras recogidas en el informe, se estima que el número de personas que vive en condiciones de extrema pobreza aumentó en 3 millones anuales durante los años de auge económico, entre 2002 y 2007, y alcanzó una cifra estimada en 421 millones en 2007, el doble que en 1980.

El informe lleva por subtítulo "Hacia una nueva arquitectura internacional del desarrollo en favor de los PMA" y afirma que los PMA necesitan un nuevo enfoque y una nueva arquitectura internacional de desarrollo que lo sustente (véase UNCTAD/PRESS/PR/2010/047).

Durante los años de auge económico, el promedio de la tasa de crecimiento del conjunto de los PMA fue del 7% anual. No obstante, la dependencia de los PMA respecto de las materias primas aumentó en términos generales y, en más de la mitad de los 49 PMA, el peso de las manufacturas en el valor añadido total del país disminuyó. De hecho, aumentó su dependencia de los productos primarios, sus exportaciones se concentraron más en lugar de diversificarse (véase el gráfico), su ahorro interno mejoró muy levemente (con excepción de los exportadores de petróleo), su dependencia económica de los ahorros externos se incrementó, y se aceleró el agotamiento de los recursos naturales. Según el estudio, todas estas deficiencias oscurecen las perspectivas para el desarrollo de esos países después de la recesión.

El estudio apunta que la liberalización general del comercio y de las corrientes de capital no se traduce automáticamente en una mayor diversificación económica. Para generar puestos de trabajo mejor remunerados, es fundamental centrarse más en la capacidad de producción nacional. Como las poblaciones de los PMA están creciendo, cada año necesitan empleos muchas más personas y cada vez hay más personas que buscan trabajo fuera del sector agrícola. Según el informe, se precisan "políticas de crecimiento liderado por las inversiones".

Durante el auge entre 2002 y 2007, el rápido crecimiento económico "sólo redujo levemente la pobreza". En el informe se estima que, en 2007, el 53% de la población total de los PMA vivía en condiciones de extrema pobreza. Si bien se han realizado progresos importantes con miras a cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas de lograr la enseñanza primaria universal, sólo unos pocos países están en camino de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio de forma amplia, y muy pocos en camino de reducir a la mitad la extrema pobreza para 2015. El informe califica el patrón de crecimiento de los PMA de este período como "insostenible" y "excluyente".

La expansión económica también parece haber tenido pocas repercusiones positivas a la hora de colmar la brecha de productividad en la agricultura, y "habida cuenta de que la respuesta de la oferta nacional ha sido bastante escasa, la expansión de las economías de los PMA se ha visto acompañada de un incremento paralelo de la factura de las importaciones de alimentos, que aumentó de más de 9.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2002 a 24.000 millones en 2008".

Concentración de las exportaciones

La crisis financiera y la recesión de 2008 y 2009 condujeron a una reducción del ritmo de crecimiento en la mayoría de los PMA y perjudicaron particularmente a los exportadores de petróleo y minerales como Angola, el Chad, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona, y a algunos PMA insulares como Maldivas, Samoa y las Islas Salomón. Según el informe, el fenómeno de contagio financiero directo ha sido grave en algunos casos, pero en general sus efectos han sido limitados a causa del débil desarrollo financiero de los PMA y a su tímida integración en los mercados internacionales de capitales. No obstante, los efectos adversos de la recesión mundial en el comercio internacional fueron importantes. La vía principal de propagación de la crisis ha sido la contracción de los ingresos de exportación, que descendieron un 26% en 2009. Esto se debió al desplome de la demanda mundial y la disminución abrupta del precio de las materias primas entre el último trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2009. Además, en 2009, las entradas de inversión extranjera directa (IED) a los PMA se contrajeron un 13% en comparación con el año anterior, mientras que las remesas se mostraron algo más resistentes. Muchos PMA también se han visto perjudicados por la disminución de los ingresos públicos en una época en la que las medidas de estímulo del Gobierno eran más necesarias que nunca: según el informe, en los PMA de África, por ejemplo, "los ingresos fiscales del Estado en proporción al PIB disminuyeron en casi la mitad de los 29 países sobre los que hay datos disponibles", y los exportadores de petróleo y minerales fueron los que registraron un déficit mayor.

Los índices de crecimiento general muestran que, en promedio, los PMA registraron un crecimiento del PIB de un 4,3% en 2009, un porcentaje superior al de otros países en desarrollo y países desarrollados. Su resistencia aparente pone de relieve que la crisis no tuvo su origen en las variables fundamentales de la economía de los PMA, y que invirtió en parte las anteriores circunstancias excepcionalmente boyantes. La degradación del entorno económico externo de los PMA en 2009 también dio un giro gracias a la recuperación de los precios de los productos básicos durante ese año y al incremento de las corrientes financieras oficiales del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos de desarrollo regionales para atajar la crisis. La mayoría de los PMA soslayaron las reducciones importantes de sus importaciones, y sólo algunos sufrieron fuertes contracciones fiscales.

Habida cuenta de que el PIB per cápita disminuyó en 19 PMA en 2009, se prevé que los costos sociales de la crisis sean significativos, particularmente tras el auge del precio de los alimentos y el combustible en 2008. Asimismo, la UNCTAD sostiene que es probable que estos efectos sean duraderos, incluso si hay un repunte de las variables de la macroeconomía, ya que muchas de las estrategias adoptadas por los hogares pobres para afrontar la crisis (por ejemplo, vender sus activos o sacar a sus hijos de la escuela) suelen repercutir en el bienestar a largo plazo.

Hay indicios de que la recesión mundial ha supuesto un revés importante para los niveles de empleo: "En Camboya, por ejemplo, la desaceleración del sector de la confección tuvo como consecuencia la supresión de 63.000 puestos de trabajo durante el período comprendido entre el último trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2009, y se calcula que, en los tres primeros trimestres de 2009, desaparecieron el 30% de los puestos de trabajo en el sector de la construcción". Del mismo modo, en la República Democrática del Congo, el descenso de la actividad en el sector minero provocó la supresión de 100.000 puestos de trabajo.

De acuerdo con el informe, el panorama de los PMA a medio plazo se presenta sombrío. Mientras los bajos niveles de inversión y el débil desarrollo financiero continúen suscitando graves preocupaciones, los PMA dependerán principalmente de la prontitud de la recuperación económica en el resto del mundo y del aumento de la ayuda de los donantes internacionales. No obstante, los donantes parecen reticentes a incrementar su ayuda exterior. Mientras tanto, "los nuevos préstamos multilaterales quizás hayan amortiguado en parte la ralentización, pero sin duda han contribuido a incrementar progresivamente la deuda externa. Si bien la deuda pendiente con los acreedores oficiales continúa siendo muy inferior a la de principios de los años 2000, en promedio, en los PMA de África aumentó en un 1,5% del PIB entre 2008 y 2009, y pasó a representar el 25% del PIB. En abril de 2010, un total de diez PMA mostraban agobio de la deuda, y otros diez estaban expuestos a un elevado riesgo de agobio de la deuda".