IBEROAMÉRICA: IMPULSO A DÉCADA DE LA EDUCACIÓN (ANÁLISIS)

01 diciembre 2010

Fuente: Publicado por Inter Press Service

Buenos Aires, 1 de diciembre (IPS)- En un contexto de crecimiento económico y caída de la pobreza que contrasta con la crisis que atraviesan países industrializados, América Latina se propone un ambicioso plan para mejorar la educación entre 2011 y 2021.

El compromiso, que asumirán los países de la región junto a España, Portugal y Andorra, se firmará en la XX Cumbre Iberoamericana que se realiza este viernes y el sábado en el balneario turístico argentino de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.

Se trata de un acuerdo en el que los gobiernos trabajan desde 2008, liderados por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), que derivó en un programa con metas y financiamiento.

El plan "2021.Metas educativas. La educación que queremos para los bicentenarios" apunta a que en 10 años más alumnos estudien, durante más tiempo, con una oferta de calidad, equitativa e inclusiva y con las nuevas tecnologías de la información.

El español Álvaro Marchesi, secretario general de la OEI, dijo a IPS tener "expectativas muy elevadas" de que los mandatarios aprueben el plan educativo colectivo elaborado por los ministerios del área, con aportes de la sociedad civil.

"Logramos un programa ambicioso, que tiene un nivel de compromisos, metas y financiamiento que lo hacen inédito en la región y en el mundo", destacó. El cumplimiento del plan será seguido por un consejo iberoamericano, apuntó.

En la cita del bloque conformado por los 19 países latinoamericanos y tres europeos, los jefes de Estado y de gobierno también dialogarán sobre temas coyunturales, sin agenda previa. A ello se la reunión paralela de los 12 gobernantes de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) para designar al secretario general, en sustitución del fallecido ex presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007).

En su vigésima edición, la Cumbre Iberoamericana no contará con la presencia del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, quien no fue invitado por el país anfitrión debido a que varios miembros del bloque no reconocen su gobierno surgido de las elecciones convocadas por los responsables del golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya en junio de 2009.

El secretario general Iberoamericano, el hispano-uruguayo Enrique Iglesias, lamentó esta ausencia y explicó que hay países que cuestionan su origen y otros que preferirían "tener a Honduras de nuevo en la familia para apuntalar su democracia".

En el año en que muchas naciones latinoamericanas recuerdan los 200 años de su independencia respecto de España y Portugal, el tema central de esta cumbre es "La Educación para la Inclusión Social" y en ese marco se presenta el plan.

El lanzamiento del programa coincide con dos momentos económicos y sociales muy dispares entre las dos regiones que cobijan a los iberoamericanos.

Mientras España y Portugal atraviesan severas dificultades, debido a la crisis financiera global, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe informó esta semana que la región volverá al crecimiento sostenido registrado desde 2003 –hubo un cimbronazo en 2009- hasta promediar este año 5,2 por ciento y que la pobreza bajará de 31 a 30 por ciento de la población.

En este marco, Marchesi advirtió que el momento de dar un salto de calidad y equidad en la educación latinoamericana "es ahora o ya no será", y explicó las razones por las cuáles es tan terminante.

"Estamos en la década del bicentenario (de los procesos independentistas en América), que supone una ilusión enorme de la sociedad iberoamericana.

La región vive un momento de crecimiento económico sostenido, y hay además un descenso demográfico importante", enumeró.

"Después de 2025, Iberoamérica va a envejecer y los recursos tendrán que destinarse a otras prioridades como la salud y los sistemas de pensión", remarcó. Por eso la década que comienza en 2011 tiene que ser la de la educación, insistió.

El mandato de los gobernantes que asistieron a la cumbre realizada en 2008 en El Salvador había sido el de mejorar la calidad y equidad de la educación pública para hacer frente a la pobreza y a la desigualdad y favorecer así la inclusión social.

Para eso habrá que afrontar retos pendientes como el analfabetismo, el abandono escolar temprano, el trabajo infantil, el bajo rendimiento y la mala calidad de la oferta educativa estatal. Y desafíos nuevos vinculados a la incorporación de tecnología.

Tras el diagnóstico de situación que cada país planteó para el plan, se evidenciaron grandes brechas en la región. Por ejemplo, si bien la matriculación en escuelas secundarias es de 67 por ciento en promedio, en Guatemala cae a 41 por ciento.

En analfabetismo absoluto el promedio regional no llega a nueve por ciento, pero en Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua supera 15 por ciento. Y en Argentina, Chile, Costa Rica, Cuba, España, Venezuela y Uruguay no llega a cinco.

Si se analiza el dato por género, se observa que en algunas naciones la población que no lee ni escribe es abrumadoramente femenina. En Bolivia, 78,5 por ciento de los analfabetos son mujeres, en México 62,8 y en Paraguay 60,1 por ciento.

Con asistencia de la OEI, los países elaboraron 11 metas a alcanzar hasta 2021 que consisten en aumentar la oferta de educación inicial, universalizar la enseñanza primaria y secundaria básica e invertir más y mejor.

También se aspira a fortalecer la profesión docente, elevar la calidad de la educación y garantizar el acceso y permanencia en la escuela, sobre todo entre los sectores más vulnerables como mujeres, pueblos originarios, grupos étnicos y de zonas rurales.

El programa traza también unas proyecciones sobre los recursos financieros necesarios para implementar las metas. Se estima que 100.000 millones de dólares es el costo final de la inversión, que saldrán básicamente de presupuestos públicos.

Para los países que no puedan asegurarse el coste habrá un Fondo Solidario para la Cooperación Educativa, que manejará unos 5.000 millones de dólares de otros países industrializados o de la región, de empresas, bancos y organismos internacionales.

"La situación económica en la región ayuda a creer que el proyecto no es una quimera y que los costos son viables", confió Marchesi, y adelantó que el dinero comprometido para el Fondo podría estar disponible en el primer semestre de 2011.

Actualmente, el gasto público en educación en Iberoamérica es de 5,1 por ciento del producto interno bruto en promedio, con variaciones. En Ecuador representa menos de la mitad, 2,1 por ciento, mientras que en Cuba trepa al 13,6 por ciento.