EN SUSPENSO EPÍLOGO DE CUMBRE AMBIENTAL EN CANCÚN
10 diciembre 2010
Fuente: Publicado por la Agencia Prensa Latina, vía Google Noticias
Fuente: Publicado por la Agencia Prensa Latina, vía Google Noticias
Cancún, 10 de diciembre (PL)- La cumbre climática número 16 de Naciones Unidas culmina hoy aquí en el complejo hotelero Moon Palace, que pasará a la historia como el lugar donde languideció la pesadilla de Copenhague, o donde se escribió su segundo capítulo.
La jornada de negociaciones de este jueves se extendió más allá del programa, con sesiones plenarias oficiosas prolongadas hasta horas de la noche, como uno de los últimos intentos de los organizadores para lograr el consenso que permitiría mostrar un resultado, en forma de decisión.
Según conoció Prensa Latina, la canciller mexicana, Patricia Espinosa, comunicó a las delegaciones que en el transcurso de la madrugada circularía un documento con los puntos de mayor avance en la cumbre, a fin de que sean analizados por las partes a la mayor brevedad.
El examen de ese texto debe ser el principal ingrediente de la sesión plenaria convocada por Espinosa para las ocho de la mañana de este viernes, jornada introducida a última hora, que será decisiva.
Previo a la cita de Cancún, la presidencia de la cumbre, a cargo de México, se propuso a toda luz no generar grandes expectativas con los acuerdos que podían emerger de esta reunión, en particular parecía que no era un objetivo de la cita dejar en blanco y negro un segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto.
Sin embargo, durante los últimos días, y particularmente en el segmento de alto nivel, varias fueron las voces que exigieron la necesidad de que los países industrializados, los más contaminantes del planeta, se comprometan con metas de mitigación más allá de 2012, cuando expira el protocolo, que en su primer anexo enumera a los máximos culpables del calentamient global.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, fueron enfáticos en exigir que las naciones ricas asuman la deuda ambiental que tienen con la humanidad, pero que a la vez asimilen compromisos vinculantes en un segundo capítulo del Protocolo de Kyoto.
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, consideró impostergable que en Cancún se adopte el nuevo compromiso y alertó que existe un grupo de países desarrollados en este mismo proceso de negociación, intentando liquidar el documento.
También es motivo de discrepancias la definición de los mecanismos de financiación, ya que como generalidad, las naciones del Sur se oponen a que sean creados en el seno del Banco Mundial.
Este jueves el negociador mexicano Luis A. de Alba comentó a periodistas que aún están pendientes de solucionar las cuestiones más difíciles abordadas en la Cumbre, entre ellas el espinoso tema de la mitigación.
En opinión del diplomático, para lograr a un acuerdo absolutamente todos los países tienen que hacer alguna concesión.
"O hacemos lo que podemos y debemos hacer en las próximas horas, o saldremos de Cancún sin un acuerdo", expresó.
Fuentes diplomáticas a las que Prensa Latina tuvo acceso afirmaron que la negativa para lograr un segundo período de compromisos de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, bajo el Protocolo de Kyoto, proviene fundamentalmente de Estados Unidos, Austria y Nueva Zelanda, además de Japón, que ya anunció públicamente su oposición.
Durante los nueve días de cumbre transcurridos, no pocos delegados insistieron en que los países desarrollados deben incrementar de manera significativa en Cancún el nivel de ambición de sus metas de reducción de emisiones, de conformidad con sus responsabilidades históricas con el cambio climático.
Argumentan incluso que hasta hoy no existe siquiera seguridad del cumplimiento por parte de todos los países desarrollados del casi simbólico 5,2 por ciento de reducción de emisiones, acordado bajo el acuerdo de Kyoto.
El último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático demostró la necesidad de actualizar las políticas, y de una acción decidida.
Sin embargo, como se ha dicho aquí, el país que más contamina, el responsable del 20 por ciento de las emisiones del planeta con sólo el 4,6 por ciento de la población mundial, Estados Unidos, continúa desconociendo el protocolo.
En correspondencia con la evidencia científica, el acuerdo para un segundo período de compromisos debe fijarse en un rango entre 40 y 45 por ciento de reducción de las emisiones de los países desarrollados por debajo de los niveles de 1990 para el año 2020. Un objetivo a largo plazo (2050) sería entre 80 y 90 por ciento de reducción.
Cancún, a juzgar por las discrepancias que prevalecen entre las naciones del Norte y el Sur, no será al parecer el escenario del segundo período de compromisos.
Queda por ver si la ruta hacia la próxima cumbre ambiental, en Durban, Suráfrica, queda al menos lo más despejada posible.