SUBE LA MIGRACIÓN CALIFICADA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, DESTACA INFORME DEL SELA

13 diciembre 2010

Fuente: Tomado de La Jornada, México

Ciudad de México, 13 de diciembre- La migración de trabajadores calificados, con las mujeres como mayoría, se ha acentuado en los países de América Latina y el Caribe en las dos décadas recientes como en ninguna región del mundo, advierte una investigación del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).

A nivel mundial 5.6 por ciento de los migrantes son considerados de “alta calificación” en tanto que cuentan con más años de escolaridad o capacitación, pero tal porcentaje se duplica en el caso de los migrantes latinoamericanos, se triplica con los mexicanos y se quintuplica si se trata de migrantes de algunos países de Centroamérica y el Caribe.

La investigación precisa que entre los años 1990 y 2008 se incrementó 164 por ciento el número de migrantes calificados originarios de América Latina y El Caribe que residen en alguno de los países afiliados a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la mayoría mujeres y jóvenes.

En 20 de las 33 naciones latinoamericanas analizadas por el SELA uno de cada cinco de sus migrantes tienen alta calificación, es decir 20 por ciento o menos como ocurre en México. En otros 13 países la proporción es de seis por cada 10 y en cinco naciones llegan a ser más de ocho por cada decena.

En México, el número de migrantes calificados se disparó 285 por ciento en menos de 20 años, al pasar de 366.7 mil a un millón 415 mil entre 1990 y 2008, según el documento. Esta última cifra representaba 16.9 por ciento de los 8.3 millones que hace un bienio conformaban toda la población preparada del país, cuando 20 años antes la tasa de estos migrantes sólo era de 10 por ciento.

Fenómeno en aumento

La migración calificada latinoamericana también presenta otro distintivo en comparación con la de otras regiones del mundo: “la participación mayoritaria de las mujeres, ya que 31 de los 33 países presentaron en 2008 tasas de migración calificada femenina mayores que las masculinas”, la excepciones fueron Argentina y Uruguay.

“Nuevamente vale la pena recalcar las diferencias regionales: en algunos países caribeños el crecimiento de las mujeres migrantes calificadas duplica y hasta cuadriplica al de sus pares hombres, mientras que en algunos sudamericanos el nivel de migración calificada masculina se encuentra levemente por encima del de sus coterráneas mujeres”, según el SELA.

Hasta el siglo pasado el grueso de los migrantes latinoamericanos eran “no calificados”, aun cuando entre las décadas de los 60 y 70 hubo cierto auge de la migración calificada. El fenómeno, lejos de estar en declive, se presenta con más fuerza en la región con cifras sin precedentes.

Guyana, San Vicente, Haití, Jamaica y Grenada son los cinco países cuyos migrantes calificados ya superan 80 por ciento del total de sus trabajadores radicados fuera de su territorio, mientras que en el otro extremo con menos de 5 por ciento se ubican naciones sudamericanas como Brasil, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Bolivia y Venezuela, además de la centroamericana Costa Rica.

Los migrantes calificados en el mundo llegaron a los 26.6 millones en 2008, el 5.6 por ciento del total de la población calificada entonces y apenas dos décimas arriba (5.6 por ciento) de la registrada en 1990. Si bien la mayor parte de este tipo de migrantes (9.5 millones) provienen de Asia y otros 8.5 millones de Europa, esas regiones han mantenido estable su tasa de crecimiento mientras que la de América Latina subió más de un punto porcentual.

Los migrantes latinoamericanos calificados ya suman más de 5 millones (28 por ciento mexicanos), lo que implica una tasa de 11.4 por ciento respecto de su población nativa calificada, en contraste con 1990 cuando no llegaban a los 2 millones y la tasa era de 10.1 por ciento.

La investigación sostiene que la migración no sólo es consecuencia de la falta de desarrollo de los países emisores sino que obedece a diversos factores e ilustra las dos visiones que prevalecen entre los especialistas y teóricos del tema.

La tradicional que la condena porque con la “fuga de cerebros” se pierden recursos invertidos en educación y repercuten en el crecimiento económico de los países emisores y una más reciente que asevera que la migración es propiciada por el propio desarrollo económico porquen el aumento generalizado de los niveles de educación estimulan un mayor movimiento de personas y más velocidad en la movilidad del trabajo, como ocurre con los empleados de las corporaciones multinacionales”.

Para el SELA ninguna de esas visiones está completa pero advierte que el gran reto es no considerar a la migración como una estrategia de desarrollo”.