AMÉRICA LATINA AFRONTA LA GUERRA POR EL DÓLAR (ANÁLISIS)
07 enero 2011
Fuente: Publicado por Infolatam, España
Fuente: Publicado por Infolatam, España
Madrid, 7 de enero- Venezuela, Brasil y Chile han sido los primeros países latinoamericanos en iniciar en este 2011 la batalla por detener la caída del dólar. Brasil tomó otra medida audaz para contener su moneda este jueves al hacer más caro para los bancos apostar por el fortalecimiento del real.
El real brasileño se depreció el jueves por tercera sesión consecutiva, afectado por la fortaleza mundial del dólar y tras la instauración de un requerimiento de reservas sobre las posiciones de los bancos en moneda extranjera. La revaluación de las monedas locales junto con el repunte de la inflación se antojan como los dos principales dolores de cabeza de las economías latinoamericanas en este año.
Colombia, Brasil y Uruguay fueron los pioneros en tomar cartas en el asunto y Perú podría profundizar las medidas que ya tomaron en 2010, pues un dólar débil amenaza la competitividad de las exportaciones latinoamericanas.
El crecimiento económico de los países latinoamericanos, debido a las exportaciones de materias primas, provoca una gran entrada de dólares. Además, la moneda estadounidense, desvalorizada por la política de flexibilización monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, busca los mercados emergentes (inversiones productivas) por las altas tasas de interés lo cual fortalece aún más a las divisas locales.
En 2010, la moneda más apreciada de la región es el peso chileno. Tras muchos meses de polémicas y presiones, el Banco Central decidió comprar 12.000 millones de dólares durante 2011 para frenar la fuerte desvalorización de la divisa estadounidense (el dólar cerró en su nivel más bajo en 32 meses, cotizándose a 468 pesos, un avance del 8,4% frente al dólar).
Chile inicia las intervenciones de 2011
El presidente del instituto emisor chileno, José de Gregorio, explicó la medida asegurando que no se iba a “cambiar la tendencia de largo plazo del tipo de cambio, pero sí va a tener efectos transitorios y por un período razonable y significativo (…). En el mundo no están teniendo efectos importantes precisamente por esta adicción a la intervención, intervenir cada vez que se mueve el tipo de cambio. Ahí empiezan a tener muy poca efectividad. Sus efectos van a ser importantes, porque la magnitud es muy significativa, concentrada, transitoria y, en segundo lugar, porque este BC ha construido credibilidad en torno a lo que son sus intervenciones cambiarias”.
Se trata de la primera intervención del Banco Central chileno en el mercado cambiario desde el año 2008. El gobierno de Sebastián Piñera ha aplaudido la medida. ”Son buenas noticias para los exportadores, también para los que sustituyen importaciones, porque ellos están compitiendo contra productos importados cuyos precios tienen relación con el tipo de cambio”, dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
La intervención viene a responder a las demandas de los exportadores chilenos que venían reclamando desde hace meses una intervención del banco emisor por la constante caída del dólar que mermaba la capacidad de competencia de los productos chilenos.
Roberto Fantuzzi, presidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas, Asexma, lamentó la tardanza de la medida porque “hay empresas que ya dejaron de ser competitivas. Habrá que pagar las consecuencias de un incendio que ya estaba desatado”.
Si para los exportadores es la intervención es un buena noticia para otros es francamente negativa puesto que no se descarta la subida del precio de las bencinas, la electricidad, los alimentos, los electrodomésticos y automóviles. Ramón Pampín, economista de Pricewaterhouse señaló a APF que “el margen de acción de las autoridades es muy limitado. Hay factores de orden externo que no se pueden modificar, las monedas de la región se mueven en la misma trayectoria”.
Desde el Equipo Nueva Economía (ENE), se considera que “la intervención por parte del BCCh evitará que el valor del dólar siga cayendo, y la medida se toma oportunamente muy especialmente para los exportadores frutícolas que serán pagados a un tipo de cambio más favorable. En resumen, apoyamos la medida y esperamos que el BCCh la implemente flexiblemente, tal como está implícito en su anuncio, estableciendo que los montos a comprar en una primera etapa han sido fijados sólo por un mes, y que pueden ajustarse de acuerdo a la evaluación que se haga de la respuesta del mercado”.
Brasil, condenado a intervenir de nuevo
En Brasil se ha tomado aún la decisión de intervenir pues el real ha llegado a las 1,77 unidades por dólar, su nivel más bajo desde el 30 de enero de 2010, con lo que la moneda local se ha depreciado casi un 14% desde agosto. Por eso el inicio del gobierno de Dilma Rousseff ha estado marcado por estas palabras el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega: “no permitir(emos) que el dólar se derrita” frente al real no mediremos esfuerzos para impedir que el dólar caiga”.
Mantega aseguró que ”si hay un deterioro de la situación, se tomarán medidas adicionales. Las medidas para tomar son infinitas, todas de acuerdo a lo pactado en el Grupo de los 20 (G-20). La tendencia ahora es que no haya la fortaleza del real que había en el pasado. Creo que llegamos al límite de la valorización del real lo que, en cierta forma, es bueno porque no va a a estorbar al sector exportador brasileño”.
El ministro dijo que un recorte de gastos ayudaría a frenar la caída del dólar ante el real: “será realizada una reducción cuantitativa del gasto este año, pero aún no está definido.Eso ayudará a la política de metas de inflación del Banco Central, para que pueda reducir la tasa de interés y así disminuir el ingreso de capital especulativo”.
Guido Mantega, cuando era ministro del ex presidente Luiz Lula da Silva, en 2010, aumentó del 2% al 6% el Impuesto a las Operaciones Financieras (IOF) remitidas del exterior con fines especulativos para contener esa revalorización del dólar.
El influyente diario O Estado de Sao Paulo llevaba solicitando en sus últimos editoriales “una urgente reforma cambiaria”: “la tasa cambiaria excesivamente alta, en razón del buen resultado de la economía interna, pero también de las entradas de divisas favorecidas por la remuneración que ofrecemos a los inversores extranjeros, está asfixiando la industria nacional, que no ofrece precios competitivos para exportar. Además de eso, al favorecer la entrada de productos importados, contribuye para elevar el déficit de las transacciones corrientes de la balanza de pagos. Así, aumentamos nuestras reservas internacionales, pero casi en la misma proporción del aumento de nuestra divida externa bruta. Es una situación paradójica”.
Y ayer el Banco Central de Brasil puso en marcha una medida para limitar las operaciones cambiarias especulativas de los bancos y de esa forma intentar contener la baja del dólar. Es la primera acción que toma el gobierno de Dilma Rousseff, quien asumió hace cinco días.
El gobierno de Rousseff tomó ayer su primera medida para intentar frenar la apreciación del real y defender la competitividad de la industria. El BCB impuso un encaje para los bancos, que deberán depositar en la autoridad monetaria brasileña el equivalente al 60% de las ventas de dólares a futuro que sobrepasen los US$ 3.000 millones o el patrimonio de referencia de la institución.
Según el diario El País de Uruguay “el BCB persigue varios objetivos. Uno es el cambio de comportamiento de los bancos, ya que si quisieran cambiar su posición “vendida” tendrían que comprar dólares lo que haría subir a esa moneda. El otro es evitar que los bancos especulen con ventas de dólares a plazo apostando a una baja del dólar -haciendo una ganancia de esa forma- y así quitar el componente especulativo del mercado cambiario. El último cometido es evitar situaciones de riesgo para las instituciones financieras que tienen posiciones vendidas en dólares en una eventual fuerte apreciación de esa moneda”.
La devaluación en Venezuela
El ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, anunció el pasado 30 de diciembre, la devaluación del bolívar por segunda vez desde enero de 2010. El Gobierno del presidente Hugo Chávez eliminó la tasa de cambio oficial de 2,60 bolívares fuertes por dólar en productos considerados de primera necesidad, incluyendo alimentos y medicinas. Ahora todas las operaciones con divisas se realizarán a la tasa de cambio de 4,30 bolívares fuertes por dólar.
Giordani aseguró que el decreto será positivo para la economía venezolana pues “simplifica las transacciones con moneda extranjera. No tenemos dudas que tendría una serie de consecuencias en términos de la economía nacional para las inversiones de 2011 y 2012”.
Con esa decisión quedará eliminado el sistema dual implementado en enero pasado con tasas de 2,6 bolívares por dólar, exclusiva para la importación de alimentos y medicinas, y de 4,3 bolívares, utilizada para todas las demás áreas como importación de autos y turismo, entre otros. El sistema dual que desaparecerá a partir del 1 de enero implicó una devaluación de 20 y 100 por ciento respecto a la tasa única de 2,15 bolívares por dólar vigente hasta enero de 2009.
Luis Vicente León, director de Datanálisis, aseguró al diario El Universal que la medida “impactará principalmente en la población de menos recursos, pues las personas que conforman el estrato socioeconómico D y E destinan más del 65% de sus ingresos a la compra de alimentos y medicinas.Esto quiere decir que el 65% de lo que gastan estará impactado por la inflación, la capacidad de compra porcentualmente estará muchísimo más afectada que la capacidad de compra de la clase media o alta. El impacto de esta devaluación es más fuerte en los más pobres, mientras que la del año pasado tuvo más impacto en la clase media”.
Otros casos
Perú, como Brasil, se perfila como el próximo país donde habría nuevas intervenciones para detener la apreciación de la moneda. El nuevo sol peruano cerró en 2,8 por dólar, con una apreciación acumulada de 2,77 por ciento durante 2010, y seguiría debilitándose en el 2011, según asegura el BBVA Banco Continental.
En 2010 el BCRP realizó compras por casi 9.000 millones de dólares para mitigar la caída de la moneda estadounidense. El gerente de Estudios Económicos del BBVA Banco Continental, Hugo Perea, considera que ”Si bien resulta difícil hacer proyecciones, todo hace pensar que el panorama no variaría en el corto plazo. Los fundamentos de la economía apuntan a que el tipo de cambio mantendría su tendencia durante el primer trimestre de (2011)”.
La situación es similar en Colombia, cuyo gobierno adoptó en octubre varias medidas, entre ellas, las compras diarias de veinte millones de dólares y la obligación impuesta a la estatal Ecopetrol para que deposite sus dividendos en dólares (unos 1.400 millones) en cuentas en el exterior.
En Uruguay, tras registrar en 2009 la mayor valorización de las últimas tres décadas (24,06 por ciento), el peso cerró el año con una depreciación de 2,32 por ciento, luego de que el Gobierno incrementara las compras de dólares (más de 1.100 millones) y anunciara un acuerdo para convertir una deuda en dólares a Unidades Indexadas (por la inflación), lo que obliga al banco estatal a comprar dólares para recomponer su posición en moneda extranjera.
El otro fantasma: la inflación
La revalorización de las monedas locales no es el único dolor de cabeza económico. La inflación y su posible rebote en 2011 es uno de los temas que más preocupa. Ya es un problema para Venezuela, que tiene la inflación más alta de la región (27%). También lo es para Argentina, con una inflación del 25%, o para Uruguay, Bolivia y Colombia que rondan el 7%.
Brasil tuvo en 2010 una inflación menor, del 5,6%, pero que estuvo por encima de las previsiones del gobierno que se situaban en el 4,5%. Guido Mantega de todas formas asegura que “la inflación está cayendo. Hay una desaceleración de todos los índices. Podemos dormir tranquilos. La inflación está mostrando señales de ceder”.
La revaluación de las monedas latinoamericanas -vía intervención de los bancos centrales- crea cierto temor a que exista un incremento inflacionario. Para el chileno De Gregorio ”desde el punto de vista de los costos que tiene en mayores precios, en particular de bienes importados, estos precios se demoran en traspasar los cambios en tipo de cambio. Todos los efectos no se habían traspasado a precios, de manera que uno no debería esperar una reversión en materia de precios importados”.
El ministro de Hacienda chileno, Felipe Larraín, descartó que crezca la inflación: “en el efecto cambiario, tengo la sensación que aquí había un colchón, los precios no estaban ajustados a los precios domésticos, a un tipo de cambio de $465. Ese colchón va a permitir que el efecto de alza de tipo de cambio no genere cambios significativos en los precios”.
En Venezuela, Armando León, miembro del directorio del Banco Central de Venezuela, considera que la devaluación de la moneda, que incrementó el tipo de cambio para las importaciones de alimentos básicos y medicinas desde 2,6 bolívares por dólar hasta 4,30, no tiene mayor impacto inflacionario.
Junto a Venezuela, Argentina marcará en 2011 altas cotas de inflación. Sobre todo desde que ayer jueves el Banco Central decidiera su programa monetario que incluye un alza de la emisión de hasta el 40%. Según economistas privados consultados por el diario La Nación, esta dinámica alimentará más el crecimiento de la inflación, que podría superar el 30%.
La inflación podría amargar también el año al gobierno de José Mujica en Uruguay. El analista de Oikos, Ramiro Almada, comentó al diario El País que “la lucha contra la inflación no será fácil” ya que prevé que sea de 6,4% en 2011. “En la medida que se cumplan las proyecciones en materia de actividad local e internacional, las presiones inflacionarias continuarán presentes. Es necesario estar alerta a lo que sucede en materia de crisis hídrica ya que, de no mejorar la situación, seguramente se verá reflejado en los precios”.
En Bolivia, el Índice de Precios al Consumidor llegó en diciembre a un 1,76%, con lo que el país cerró el año 2010 con una inflación acumulada de 7,18%, casi tres puntos por encima de la meta fijada por el Gobierno de Evo Morales, calculada en 4,5%. En Colombia, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en 2010 cerró en 3,17%, superando en 1,17 puntos la registrada en 2009 (2,00%), según el Departamento Nacional de Estadísticas (Dane).
México, por el momento, escapa de estas preocupaciones en torno a la inflación y la revalorización de la moneda, aunque algunos indicios apuntan a que seguiría por la misma senda que los países sudamericanos. El peso se ha fortalecido más de lo esperado en 2010 pasando de 13.50 pesos por dólar en 2009 a 12.63 por dólar en 2010.
De igual forma la inflación tendió a repuntar de una tasa anualizada de 3.7% a 4.3% en noviembre. La meta del Banco de México es que tienda a diminuir a lo largo de 2011 hasta un 4%.