EN AMÉRICA LATINA NO HAY CLASE MEDIA, SEGÚN ESTUDIO REALIZADO POR LA OCDE
07 febrero 2011
Fuente: Tomado de Portafolio.com.co, Colombia
Fuente: Tomado de Portafolio.com.co, Colombia
Bogotá, 7 de febrero- De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en la región a lo sumo, se puede hablar de estratos medios.
El proverbial atraso económico y social de América Latina, algunos de cuyos países ostentan ahora el título de emergentes, ni siquiera ha permitido la creación de una clase media, como la que se destila en Francia, España, Inglaterra o Estados Unidos.
A lo sumo se puede hablar de estratos medios, grupos de la población cuyos ingresos están por encima de los que perciben los pobres y muy por debajo de los que figuran como acomodados, pero no de clase medida, según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
No obstante, el director del Centro de Desarrollo de la OCDE, Mario Pezzini, que estuvo la semana pasada en Bogotá, dijo que con la actual situación macroeconómica latinoamericana “se crea una posibilidad de construir una clase media”.
Ya se convirtió en un lugar común afirmar que, según los análisis macroeconómicos, América Latina está afrontando la crisis de una manera mejor que otras economías, lo que le permite exhibir tasas de crecimiento más altas que en Europa y Norteamérica.
Lo anterior es resultado, en gran medida, observa Pezzini, a una mejor política macroeconómica, a una capacidad de contener la inflación más importante que en el pasado y la diversificación de sus socios.
Cuando Norteamérica y Europa estaban afectados por la crisis, agregó, la relación de Latinoamérica con China y Asia en general ha permitido mantener un buen nivel de comercio.
Para el director del Centro de Desarrollo de la OCDE, esa mejoría y las condiciones macroeconómicas han creado una oportunidad para generar esa clase media, pues los precios de las materias primas seguirán elevados y eso aportará recursos a la región.
Sin embargo, advierte que el punto clave es si se utiliza esa opción para afrontar los retos estructurales del continente: la diversificación de la economía, porque, explica, tener una especialización sobre todo en recursos naturales tiene sus límites, y enfrentar el nivel de desigualdad, que es muy elevado.
Carro, casa y beca
Al emprender el estudio de la clase media en América Latina, Pezzini comentó que utilizaron la definición tradicional: “una familia que tiene padres con educación formal superior, tal vez universitario, un trabajo en el sector formal de servicios o en el sector productivo, que tienen un coche, tal vez dos, una casa en propiedad, que tiene equipamiento doméstico”.
No obstante, lo que encontraron estaba lejos de esa caracterización, porque no se trata de gente que, en general, tenga diploma de escuela superior o universitaria, los niños que van a la escuela no obtienen resultados mejores que sus padres, que tienen mucha más probabilidad de ser analfabeta que de tener un diploma universitario, trabajan en el sector informal, tal vez no tienen coche ni un buen equipamiento de electrodomésticos. “Por esta razón y como resultado del trabajo, hemos decidido no llamarlo clase media sino sectores medios”, señaló el experto, quien agregó que encontraron muchos pobres y pocos ricos.
El bogotano Sebastián Nieto, economista para América Latina del Centro de Desarrollo de la OCDE, señala que la situación no es homogénea: en Colombia y Bolivia el porcentaje de estratos medios es bastante bajo; Perú está en el medio y Uruguay, que está más cerca de la definición clásica de clase media, está más arriba. Esos sectores medios, aclaró Nieto, son vulnerables. El riesgo de caer en la pobreza es muy grande, porque muchos trabajan en la informalidad, no aportan a pensiones o contribuyen muy poco y por periodos cortos.
Cuando terminan su vida laboral, tercia Pezzini, no tienen pensión. Si han tenido un nivel de ingreso relativamente más elevado afrontan el riesgo de una caída; los hijos no van a tener necesariamente un nivel de educación mayor que los padres, por lo cual no hay movilidad vertical muy fuerte. “Ante algún fenómeno como la crisis, esta gente regresa a la pobreza extrema; afortunadamente medidas como las transferencias condicionadas (Familias en Acción), permiten reducir el número de gente que cae en la pobreza extrema”.
Combatir la pobreza extrema no es suficiente
El estudio de la OCDE señala que no es suficiente luchar contra la pobreza extrema, que en muchos países ha tenido resultados significativos, porque aún hay amplios sectores de la población que necesitan de política social.
Algunos estratos de la sociedad, señaló Mario Pezzini, tienen acceso a algunos servicios públicos (como comida, educación básica), pero no a todos (como educación superior, pensiones), por lo que los gobiernos deben pasar a un sistema de protección social integral.
Esa protección social integral necesita financiación “y aquí regresamos a un reto tradicional de los países latinoamericanos, no todos, donde la recaudación fiscal y por lo tanto la capacidad del Estado de intervenir, es muy limitada”, advirtió el investigador.
En promedio, la recaudación fiscal de los países de la OCDE es de 37 por ciento del PIB, en México, 11,9 por ciento; Guatemala, cerca de 3; entonces, concluye, se necesita una reforma fiscal, porque, además, el sistema fiscal es regresivo.
Para superar esa situación, la OCDE considera que se debe hacer un nuevo pacto fiscal con la población. Es decir, darle legitimidad a la reforma impositiva, porque si la gente piensa que el dinero público no va a ser bien gastado es muy difícil que pague.
Sebastián Nieto acota que el caso de Colombia es un ejemplo de país que requiere hacer esas dos cosas al mismo tiempo: mejorar las instituciones para hacer un gasto más eficiente y también hacer una reforma fiscal que ayude a aumentar el gasto en algunos sectores en los que todavía hay un déficit enorme.