UNA ECONOMÍA DIVIDIDA AYUDA A CONTENER LA INFLACIÓN EN EE.UU.

18 febrero 2011

Fuente: Publicado por The Wall Street Journal, EE.UU.

Nueva York, 18 de febrero (WSJ)- Los precios al consumidor subieron 1,6% en Estados Unidos en enero respecto a igual lapso de 2010, una señal de que la inflación se empezaría a acelerar después de meses de letargo.

Debajo de la superficie, sin embargo, hay un tira y afloja que impediría que el alza de los precios alcance en EE.UU. la misma dimensión que ya ha adquirido en China, América Latina, Europa y numerosos mercados emergentes.

El aumento de todo tipo de precios, desde la gasolina hasta los alimentos y el café de Starbucks, generan temores de un regreso de la inflación en EE.UU. Pero en muchos otros negocios, como la peluquería y la jardinería, las empresas no han subido en absoluto sus precios y, en algunos casos, no les ha quedado más alternativa que bajarlos.

Hay dos fuerzas en conflicto. Por un lado, los crecientes costos de los commodities en todo el mundo hacen subir los precios de muchos bienes en EE.UU. Por el otro, la debilidad de la economía y el mercado inmobiliario y la alta tasa de desempleo mantienen a raya los precios de los servicios.

El índice de precios al consumidor, que divulgó el jueves el Departamento de Trabajo, ilustra esta dicotomía. El precio de los bienes aumentó 2,2% con respecto a un año atrás, marcado por los saltos de la energía y la comida. El precio de los servicios, no obstante, apenas trepó 1,2% en relación al año anterior, muy debajo de la tasa de 3,4% registrada entre 2000 y 2008.

Las direcciones opuestas en los precios de los bienes y los servicios podrían tener un gran impacto en la marcha de la inflación estadounidense. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, apuesta a que el encarecimiento de bienes como la gasolina y los alimentos no se propagará al resto de la economía. Bernanke y muchos economistas privados no prevén que EE.UU. experimente el tipo de inflación acelerada que amenaza a China, India y otras economías emergentes.

La inflación en los bienes ha superado la de los servicios desde mediados de 2007, algo que no había ocurrido desde los años 70. Durante la mayor parte de los últimos 30 años, el precio de los bienes fue contenido, en parte, por las importaciones desde países de bajos salarios como China. En los últimos años, sin embargo, China y otros mercados en desarrollo se han transformado en enormes consumidores de materias primas, lo que presiona al alza los precios estadounidenses de muchos bienes transados en todo el mundo.

Los hogares estadounidenses gastaron US$7 billones (millones de millones) en servicios en 2010, lo que representó 67% del gasto de los consumidores. Debido a que el sector de servicios es tan inmenso, la economía estadounidense está menos expuesta a las presiones de costos impuestas por el comercio mundial.

La Fed espera que este factor la ayude a mantener bajo control la inflación en los próximos meses. "El grueso del aumento en los precios de los commodities es un fenómeno global", declaró Bernanke a los legisladores este mes. "La inflación originada aquí en Estados Unidos es muy, muy baja".

En su reunión del mes pasado, la Fed elevó levemente su proyección de inflación para este año, que se ubica entre 1,3% y 1,7%. La entidad proyectó un incremento de entre 1% y 1,3% para la inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y de la energía, por debajo de la meta informal del banco central de algo menos de 2%.

Esto significa que lo más probable es que la Fed mantenga su actual política, en la que la tasa de interés de corto plazo está en casi cero, durante al menos varios meses más. El banco central subiría las tasas solamente si advierte que la inflación se extiende.

Una preocupación es que el alza en los precios de los alimentos y la energía golpee las billeteras y merme el gasto de los consumidores en otros bienes y servicios, lo que debilitaría la recuperación de la economía en un momento en que el desempleo sigue siendo alto.

Muchos factores, en todo caso, podrían desbaratar el plan de Bernanke. Los crecientes precios de los commodities podrían extenderse al resto de la economía, como ocurrió en la década de los 70. Las empresas ya han señalado que la presión se está intensificando y podrían comenzar a subir los precios.

EE.UU. ya enfrentó este dilema en 2008, cuando se dispararon los precios de las materias primas mientras la economía estaba en recesión. La Fed decidió no subir las tasas para aplacar la inflación de los commodities. Terminó siendo una decisión acertada debido a que la crisis financiera agravó la recesión.

Algunas compañías ya anunciaron la intención de subir los precios. Pete Bensen, el director de finanzas de McDonald's, dijo en una conferencia con analistas que la cadena de comida rápida considera un aumento de entre 2% y 2,5% en sus precios este año.

El vestuario sería el próximo sector en acusar el golpe. La industria se ha visto afectada por el encarecimiento del algodón y de los costos laborales en China, entre otros factores.

Los precios en el sector de los servicios están bajo una presión mucho menos intensa. La debilidad de la economía estadounidense ayuda a las empresas a mantenerlos bajo control.

El costo de un corte de pelo, por ejemplo, subió 0,6% en enero con respecto a un año atrás, una importante caída con respecto al incremento anual de 2,9% registrado entre 2000 y 2008.

Dwayne Moore instaló en diciembre una peluquería en Cincinatti. Su estrategia es cobrar menos que sus competidores. "Con la economía en un estado tan deplorable queremos darle a todo el mundo un respiro", cuenta. Cobra US$10 por los adultos y US$8 por los niños.