BRASIL, MÉXICO Y ARGENTINA, SATISFECHOS CON EL G20

21 febrero 2011

Fuente: Publicado por Infolatam, España

París, 21 de febrero- La Cumbre del G20 concluyó el sábado con un acuerdo satisfactorio para los paises de América Latina al suavizar el criterio del superávit de cuenta corriente, lo que permitió que se sumara China. Guido Mantega, de Brasil; Amado Boudou, de Argentina y Ernesto Cordero, de México resaltaronlos los compromisos sobre materias primas y politica cambiaria.

Los representantes de las economías más ricas y emergentes suscribieron un compromiso tras “francas y en algún momento tensas” negociaciones, según dijo la ministra francesa Christine Lagarde. El objetivo es coordinar las políticas para evitar que se repitan las circunstancias que derivaron en la crisis financiera que estalló en 2008.

Lagarde dijo que hubo largas discusiones acerca de los indicadores que deben ser usados después de que trascendiera que China, celosa de su política cambiaria, se resistía a la inclusión de determinados factores. “El compromiso final no puede atribuirse a ninguna de las delegaciones, pero puedo decir que representa un ambicioso espíritu de compromiso”, dijo Lagarde en comparecencia ante la prensa.

El ministro brasileño, Guido Mantega, dijo que su país “salió satisfecho” porque se contemplaron algunas de los elementos que consideraba clave. “Lo principal eran las cuentas externas y la tasa de cambio. Brasil está plenamente satisfecho porque el pacto apunta algunos de los desequilibrios que indican que existe una guerra cambiaria”.

Por su parte, el titular argentino de Finanzas, Amado Boudou, coincidió en la valoración del resultado de la cumbre porque el G20 desestimó regular los precios de las materias primas, en particular los alimentos.

“La verdadera solución tienen que ver con el aumento de la oferta (…). Está claro que la regulación de los precios no es la solución que se va a seguir”, destacó el ministro. El secretario mexicano de Hacienda, Ernesto Cordero, también se felicitó porque el acuerdo “permitirá avanzar” a la economía de su país.

Sin embargo, Cordero no ocultó su recelo ante la posibilidad de que los nuevos mecanismos sirvan para frenar la innovación en los países emergentes. China se oponía a incluir el balance de cuenta corriente, que mide el dinero que entra y sale del país por el comercio internacional y otras actividades.

Con el compromiso final, la cuenta corriente estará en la lista, pero con un peso ajustado que excluye los intereses que China recibe por sus enormes reservas. Los otros factores incluidos son la deuda y déficit públicos, los niveles de endeudamiento privado y las tasas de ahorro.

Brasil está plenamente satisfecho porque el pacto apunta algunos de los desequilibrios que indican que existe una guerra cambiaria. Otros elementos objetados por Pekín fueron retirados o rebajados. Por ejemplo la “tasa de cambio real y efectiva”, para medir cómo de sobre o infravalorada está una moneda.

La economía china ha sido acusada por sus socios comerciales, en especial EE.UU., de acumular billones de dólares en reservas internacionales para mantener artificialmente bajo el valor del yuan y dar a sus exportadores una ventaja competitiva injusta.