PROTECCIÓN SOCIAL Y TRABAJO: CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN EN UN MUNDO INESTABLE
28 febrero 2011
Fuente: Tomado de la Web del Banco Mundial
Fuente: Tomado de la Web del Banco Mundial
Washington, 28 de febrero- Aproximadamente 210 millones de personas están desempleadas en el mundo, la cifra más alta registrada hasta ahora. Un año después de un terremoto devastador, casi 1.000.000 de haitianos todavía vive en tiendas u otros refugios temporales. El precio de los alimentos sube por encima de los niveles de la crisis de 2007-08 y el mundo árabe enfrenta cambios políticos radicales.
Las personas en todo el planeta se ven enfrentadas a una mayor incertidumbre en un momento en que se han deteriorado los planes de apoyo familiar y otras redes tradicionales de protección. Para proteger mejor a los ciudadanos de los países de ingreso bajo y mediano de los riesgos sociales y económicos y fortalecer su capacidad de adaptación, el Banco Mundial está elaborando una nueva estrategia en materia de empleo y protección social que guiará su labor con los países y asociados en el desarrollo durante los próximos 10 años.
La institución, que acaba de anunciar el comienzo de la primera ronda de consultas sobre estrategias mundiales, considera que los programas eficaces en esta área son decisivos para su misión de reducir la pobreza y crear nuevas oportunidades de desarrollo.
“Aumenta la inquietud mundial y por eso nuestra nueva estrategia debe ofrecer una gama de opciones que permitan a las personas y sus familias gestionar y afrontar la incertidumbre y las crisis repentinas como el desempleo o las enfermedades graves sin abatirse”, dice Tamar Manuelyan Atinc, vicepresidenta de la Red de Desarrollo Humano del Banco, que alberga la Unidad de Trabajo y Protección Social.
Manuelyan Atinc dice que el mundo también está cambiando en términos de composición y evolución demográfica. La población envejece tanto en los países desarrollados como en Asia oriental, Europa oriental y Asia central, pero hay otras regiones como Oriente Medio y Asia meridional con grandes poblaciones de jóvenes que necesitan buenos empleos y oportunidades para tener éxito en la vida.
Métodos probados y válidos
La estrategia se basará en programas de protección social probados y válidos como las redes de protección, las transferencias condicionadas de efectivo y la creación de trabajos en obras públicas, así como también en nuevos planteamientos e instrumentos prometedores.
Por ejemplo, existen datos empíricos que demuestran que la capacitación y las pasantías laborales permiten que los adolescentes provenientes de familias pobres de República Dominicana obtengan empleos mejor remunerados y de mayor calidad. Las transferencias condicionadas de efectivo ayudaron en Turquía a abordar las necesidades nutricionales de las familias empobrecidas, pero también contribuyeron a que las niñas de esas familias asistiesen a la escuela y mejoraran sus oportunidades a futuro, lo que promovió la igualdad de género en esos hogares.
Por otro lado, la oferta de trabajos públicos temporales a los habitantes de Etiopía con inseguridad alimentaria durante el período de bajo nivel de empleo les permite plantar árboles más resistentes a la sequía como un modo de inversión.
Cuatro temas
La nueva estrategia es dirigida por Arup Banerji, director de Protección Social del Banco, quien dice que las consultas se realizarán en un momento difícil para muchos países clientes de la institución que lidian con la forma de responder mejor a tendencias demográficas que se profundizan, volatilidad e integración crecientes y pobreza y desigualdad persistentes.
“Nuestra estrategia debe considerar ambas dimensiones de estas tendencias demográficas y ayudar a las personas a enfrentar las crisis de una manera que no comprometa su capacidad futura de generar ingresos, les permita asignar recursos para la educación de sus hijos, llevarlos a centros de salud y continuar invirtiendo en ellos mismos para que puedan aprovechar las nuevas oportunidades una vez que se produzca la recuperación económica”, señala Banerji.
Agrega que la nueva visión del Banco será guiada por cuatro temas emergentes:
- Crear sistemas de protección social más eficaces. Muchos países enfrentan la necesidad de identificar y cubrir mejor a los beneficiarios y de integrar y armonizar sus intervenciones en materia de protección social. Un sistema más integrado y mejor orientado es crucial para mejorar la equidad, eficiencia y eficacia.
- Centrar la atención en países frágiles y de ingreso bajo. Las soluciones sostenibles y ampliables para la protección social en estos contextos deberán ser innovadoras y pragmáticas. Deberían tratar de concebir los elementos básicos de los programas y mejorar y armonizar los esfuerzos actuales. La creación de sistemas eficaces es clave para abordar las vulnerabilidades existentes, generar capacidad de adaptación y preparar respuestas adecuadas para crisis futuras.
- Promover oportunidades como un objetivo de los programas y sistemas de protección social. Un programa bien pensado puede mejorar considerablemente los componentes cruciales del crecimiento equitativo, que son las oportunidades, posibilidades de empleo y medios de subsistencia de las personas. Los programas pueden aprovechar las nuevas prácticas recomendadas para fortalecer la atención centrada en el aumento de oportunidades y promover al mismo tiempo la capacidad de adaptación de los hogares.
- Invertir más en conocimiento e intercambio de prácticas óptimas y resultados. Debido a los múltiples problemas de la protección social, el Banco debe seguir tratando de dilucidar qué funciona mejor en los países de ingreso mediano (incluidos los nuevos tipos de programas utilizados por algunas economías emergentes), mientras profundiza sus conocimientos sobre las mejores soluciones para los contextos frágiles y de ingreso más bajo.