LA ALTERNATIVA DE ESTABLECER UN PACTO MUNDIAL PARA EL EMPLEO (ANÁLISIS)

03 marzo 2011

Fuente: Publicado por El Diario de Paraná, Argentina

Entre Ríos, Argentina, 3 de marzo- La Conferencia Internacional del Trabajo, con la participación de los delegados de gobiernos, empleadores y trabajadores de los Estados Miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), proclamó por unanimidad el 19 de junio de 2009 un documento titulado “Para recuperarse de la crisis: un pacto mundial para el empleo”.

Invocando textualmente palabras de la OIT en relación al citado documento se expresa: “El objetivo fundamental del Pacto Mundial para el Empleo es proveer una base acordada internacionalmente para políticas diseñadas para reducir el período entre recuperación económica y recuperación con oportunidades de trabajo decente. Es un llamado a la acción mundial urgente: nacional, regional y global”.

La mayor organización internacional vinculada al trabajo fue el ámbito en el cual los máximos líderes del mundo expresaron que la forma de enfrentar la crisis que sacudió las estructuras financieras era una estrategia única: “Promover el empleo decente generando igualdad de oportunidades… el trabajo como único camino para la recuperación de la estabilidad económica y financiera de los países”.

Duro panorama

Sin embargo, vemos que el mundo del trabajo está en ruinas: más de 200 millones de personas desempleadas en el mundo, incluyendo cerca de 80 millones de jóvenes -ambas cifras se encuentran o se aproximan a los niveles más altos jamás registrados-.

Es más, el número de trabajadores en empleo vulnerable -1.500 millones- y de trabajadores pobres que viven junto a sus familias con 1,25 dólares o menos al día -630 millones-, va en aumento.

Invocando palabras textuales del director general de la OIT, Juan Somavía: “A las mujeres y hombres sin trabajo ni forma de ganarse la vida no les importa que sus economías crezcan anualmente al 3, 5 ó 10 por ciento, si ese crecimiento los deja rezagados y desprotegidos. Lo que sí les importa es que sus líderes y sociedades promuevan políticas que ofrezcan trabajo y justicia, pan y dignidad, libertad para expresar sus necesidades, sus esperanzas y sueños, y el espacio para forjar soluciones prácticas en el cuales ellos no sean siempre los perjudicados”.

Este pacto mundial basaría su propuesta fijando prioridades: 1) Dedicar una atención prioritaria a la protección y el aumento del empleo por medio de empresas sostenibles y de servicios públicos de calidad y al establecimiento de una protección social adecuada para todos;

2) Aumentar el apoyo a las personas vulnerables que han sido duramente golpeadas por la crisis, como los jóvenes en situación de riesgo, los trabajadores que perciben bajos salarios y los trabajadores menos calificados, las personas ocupadas en la economía informal y los trabajadores migrantes;

3) Centrarse prioritariamente en las medidas destinadas a mantener el empleo y facilitar la movilidad entre empleos, y favorecer el acceso al mercado laboral para las personas sin trabajo;

4) Potenciar la igualdad de acceso y las oportunidades en cuanto al desarrollo de competencias laborales y a la participación en actividades de formación y educación de calidad, en el marco de la preparación para la recuperación;

5) Participar en el diálogo social, mediante procesos constructivos como el tripartismo y la negociación colectiva entre empleadores y trabajadores.

Este pacto difunde con énfasis que la generación de empleo debía estar acompañada por las políticas de protección social, es decir, no sólo promover la creación de puestos decentes de trabajo, junto con ello la atención inmediata de sectores vulnerables que presentan necesidades impostergables.

Debate abierto

La República Argentina -que tuvo un rol protagónico con la delegación encabezada por su propia Presidenta- esgrimió y muestra al mundo del trabajo la implementación de fuertes políticas fundadas en el sentido indicado por el cónclave mundial: crecimiento de casi un 60 % de la población de trabajadores con empleo formal desde 2003 hasta 2010, inclusión social de casi 2,5 millones de ciudadanos mayores de 60 y 65 años de edad otorgándoles una prestación dineraria previsional con más la cobertura de salud; 3,5 millones de niños pertenecientes a hogares cuyos padres padecen desempleo o empleo informal favorecidos por una asignación que se condiciona a la continuidad en el sistema educativo y un control sanitario.

El debate está abierto, las políticas de Estado deberán seguir su tratamiento y perfeccionamiento, la experiencia mundial ha sido plasmada en esta Conferencia del año 2009 no muchas veces promocionada, pero lo que sí queda claro es que “la paz universal y duradera sólo puede alcanzarse si se basa en la justicia social”, tal cual lo expresan las palabras admonitorias de la Constitución de 1919 de la Organización Internacional del Trabajo.