AMÉRICA LATINA: INTEGRACIÓN E INCLUSIÓN, LAS DOS CARAS DEL GRAN RETO (ARTÍCULO DE OPINIÓN)

04 marzo 2011

Fuente: Por José Mujica, Presidente del Uruguay<p/> Publicado por la Agencia Inter Press Service

Montevideo, 4 de marzo- Como bien se sabe todos los países -y con más razón los más pequeños- enfrentan dificultades para adaptarse a un mundo cada vez más globalizado, estrecho, interconectado e interdependiente, con muchos centros y periferias.

Los lazos de conexión resultan infinitos y como consecuencia las formas de producir y de distribuir tradicionales han cambiado. Las empresas transnacionales condicionan una parte importante del intercambio comercial del mundo e indican los nuevos reglamentos a los cuales no tenemos otra alternativa que ajustarnos.

Para responder a estos desafíos y como respuesta ineludible a la globalización, el mundo se está organizando en gigantescos bloques.

Desde América Latina vemos que, en competencia con las potencias desarrolladas tradicionales se levantan dos grandes bloques sociales, tecnológicos y económicos en el continente asiático en torno a China e India y nos preguntamos: ¿Qué vamos a hacer? ¿Cuál va a ser nuestro peso en la humanidad, negociando atomizados en un montón de repúblicas, sin una posición en común, sin la gestación de un espacio en común, sin la defensa de una cultura en común, sin la posesión común de la ciencia y el conocimiento?

Hasta los mayores países de nuestra región necesitan el peso económico y político del resto de los países. Esto vale incluso para Brasil, el primer país latinoamericano que ha decidido salir a tallar a nivel mundial. Este es uno de sus enormes méritos pero también es un desafío. Tenemos que acompañarlo. Brasil tiene que ser conciente de su responsabilidad y nosotros tenemos que ser concientes de que tenemos que rodearlo.

Por esa razón Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay suscribieron en 1991 el Tratado de Asunción con el objeto de crear el Mercado Común del Sur, MERCOSUR. En la actualidad, Bolivia y Venezuela están en proceso de incorporación, mientras Chile, Colombia, Ecuador y Perú son Estados asociados.

Estamos hablando de una zona que abarca casi 12 millones de kilómetros cuadrados, más de 380 millones de habitantes y que posee inmensos recursos humanos y naturales.

Somos conscientes de las asimetrías que presenta el Mercosur y de sus defectos, pero creemos que el modo de equilibrarlas es logrando políticas de acercamiento e inclusión hacia el futuro del máximo de países posibles de América del Sur.

En ese sentido, la incorporación de Venezuela como miembro pleno del MERCOSUR está a la espera de la aprobación del Senado paraguayo, donde hay una cierta resistencia al gobierno de Hugo Chávez.

Mi gobierno está a favor de la postulación de Caracas. En primer término, porque no se debe confundir a un país con un régimen. Los gobiernos pasan, los países quedan.

Además, Venezuela es un elemento compensatorio en términos económicos y de recursos naturales de todo el río de La Plata porque es rico en energía y al mismo tiempo es demandante de lo que nosotros producimos. Por lo tanto, su incorporación al MERCOSUR bien serviría para amortiguar las diferencias existentes.

Necesitamos a Venezuela y a los demás países sudamericanos en el MERCOSUR porque la potencia del subcontinente es infinita si se suman los recursos de la energía venezolana y el agua dulce de las reservas de las pampas en el sur, el río Amazonas y la experiencia de nuestros pueblos.

La meta, pues, es construir una nación que abarque a todo el subcontinente.

Otro gran problema que nuestra región tiene que afrontar mediante la integración y la inserción internacional es la redención de los pobres de América Latina y la incorporación a la civilización de enormes contingentes y masas que debemos incluir en un crecimiento hacia adentro.

Este reto nos obliga a multiplicar la riqueza, recursos y conocimientos, pero esto no resolverá de por sí los problemas de una humanidad fracturada. No hay una América Latina sola, hay varias. Están los olvidados de la tierra, los condenados en el mundo de las favelas y las grandes capitales del subcontinente. Precisamente, en la lucha por el crecimiento y la expansión económica y social el mayor mercado potencial está en la inclusión de los pobres de América Latina, Y aunque esta región ha progresado mucho en la última década, todavía tenemos una deuda colosal con los pobres de nuestros países.