LAS RÉPLICAS DEL TERREMOTO DE JAPÓN EN LA ECONOMÍA MUNDIAL

14 marzo 2011

Fuente: Publicado por The Wall Street Journal, EE.UU.

Nueva York, 14 de marzo (WSJ)- La historia de los países desarrollados que se recuperan, dolorosamente, de grandes desastres naturales es alentadora. La capacidad de resistencia de Japón tras el terremoto de 1995 en Kobe es el ejemplo más obvio. La pregunta que ahora se cierne sobre el país asiático y el resto del mundo es si esta vez será distinto.

¿Será más difícil reparar el daño físico, particularmente el de las plantas nucleares cuya suerte aún está en el limbo? ¿Podrán las impactantes imágenes y los titulares del fin de semana, combinados con la incertidumbre sobre Medio Oriente y Europa, desatar un tsunami en los mercados?

Los impactos inmediatos son difíciles de cuantificar, pero relativamente fáciles de esbozar. La producción se verá afectada (ver recuadro). Prácticamente todas las automotrices japonesas suspendieron sus actividades. Sony Corp. cerró seis plantas de componentes eléctricos. Kirin, Asahi y Sapporo, que representan cerca de 40% de la producción de cerveza en Japón, están fuera de servicio. El suministro eléctrico está interrumpido. Los economistas de Nomura habían pronosticado que Japón, cuya economía se contrajo en los últimos tres meses de 2010, "saldría de su actual letargo" en el segundo trimestre. Ahora dicen que eso no ocurrirá hasta el tercer o cuarto trimestre. Estos son algunos de los factores que podrían marcar la diferencia entre una recuperación rápida como la de Kobe, donde la actividad manufacturera demoró unos 15 meses en retomar su nivel previo al terremoto, o un fenómeno diferente.

¿Tendrá problemas Japón para financiar las obras de reconstrucción del país?

La deuda fiscal bruta ya asciende a más de 200% del Producto Interno Bruto de 2010, estima el Fondo Monetario Internacional. Eso es más del doble de lo que Japón debía en 1995 cuando ocurrió el terremoto de Kobe.

En principio, Japón no debería tener mayores problemas para pagar la cuenta. Después de todo, es un país rico. Incluso si los costos son 10 veces más grandes que los de Kobe, añadirían apenas siete puntos porcentuales a la relación deuda-PIB de Japón. El país, a diferencia de Estados Unidos, depende principalmente de los ahorristas locales para financiarse y, últimamente, lo ha estado haciendo a tasas de interés sumamente bajas.

Mucho depende de la reacción de los mercados globales. Si los inversionistas, nerviosos por la alta deuda fiscal de Europa y EE.UU., elevan los costos de financiamiento de Japón, podrían crear fricciones financieras. "No podemos dar por descontado que los mercados de bonos tomarán las cosas con calma en el actual entorno fiscal", dice Maurice Obstfeld, economista de la Universidad de California en Berkeley. "El tema de un incumplimiento de la deuda soberana en los países ricos no estaba en el radar en 1995, ahora las economías pudientes lo han puesto" sobre la mesa.

¿Repatriará Japón sus ahorros, causando estragos en los mercados y problemas para EE.UU. y otros deudores?

Los ahorristas japoneses invirtieron US$166.000 millones en otros países en 2010, según el FMI. Japón es uno de los principales compradores de bonos del Tesoro de EE.UU. Si el gobierno y las empresas de Japón repatrían los recursos necesarios para reconstruir, esos ingresos podrían menguar, lo que debilitaría al dólar e incrementaría los costos de deuda de EE.UU. en momentos en que el nivel de deuda fiscal de ese país es un tema de preocupación global. A principios de 1995, el capital regresó a Japón durante un par de meses y luego volvió a los destinos y tamaños imperantes antes del terremoto. Un resultado negativo de la repatriación de fondos podría ser una apreciación del yen, lo que tendría efectos indeseados para los exportadores japoneses cuya producción no se ha visto afectada. Los analistas esperan que el gobierno intervenga si la moneda local sube demasiado rápido.

¿Cuál será el efecto del terremoto en los mercados globales de energía?

Aludiendo al terremoto y los disturbios en Medio Oriente y el Norte de África, los economistas de J.P. Morgan Chase predijeron el viernes "una cantidad inusual de volatilidad en los precios globales del petróleo en las siguientes semanas". El principal factor es lo que ocurra en Medio Oriente. Japón es el tercer importador mundial de petróleo después de EE.UU. y China. Los problemas en las plantas nucleares podrían hacer que, a la larga, Japón importe más petróleo, gas natural y carbón. Los analistas estiman que el reemplazo de la capacidad total nuclear de Japón por crudo se traduciría en la importación de 375.000 barriles adicionales al día, los que hay que sumar a la actual demanda de 4,25 millones de barriles.

El peor escenario se centra en las plantas nucleares y los efectos de largo plazo sobre las personas y el terreno alrededor de las plantas nucleares afectadas.