ZONA EURO REDOBLA LAS MEDIDAS CONTRA LA CRISIS

Bruselas, 14 de marzo- Los líderes de la zona euro lograron al final de la semana pasada una serie de acuerdos para dar una respuesta global a la crisis que termine por despejar las dudas que pesan sobre la región, y que, además, afectan en especial a los socios más débiles como Portugal.

Los jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en Bruselas, fueron más allá de lo que se esperaba al adoptar varias medidas con las que la Eurozona pretende “pasar página de una vez” , según expresó el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.

Medidas. En primer lugar, los titulares de Finanzas adoptaron un pacto para impulsar la competitividad de la región, el cual recoge la mayor parte de las exigencias que fueron planteadas por Berlín como condición para aumentar el fondo de rescate para los países con problemas de financiación.

Una vez que fueron ablandadas las reticencias alemanas, los Diecisiete acordaron incrementar la capacidad efectiva del fondo de rescate hasta los 440.000 millones de euros comprometidos -que se suman a la aportación de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta sumar 750.000 millones-.

La Eurozona también aprobó flexibilizar este fondo de rescate con el fin de que pueda intervenir en los mercados de deuda y ayudar de manera más efectiva a los países con problemas como Grecia, a la que además abarató y alargó los préstamos con el propósito de facilitarle su recuperación.

Este punto es fundamental ante el agravamiento de la crisis en Portugal, cuya deuda se sitúa a intereses superiores al 7%, y que se ha visto obligada a anunciar un nuevo paquete de medidas para intentar calmar a los mercados de deuda.

En cambio, los socios europeos negaron, de momento, la suavización de las condiciones del crédito a Irlanda, por considerar que “no ha cumplido las condiciones necesarias para ello” , según manifestó Van Rompuy.

Fuentes diplomáticas informaron de que el nuevo primer ministro irlandés, Enda Kenny, se enzarzó en una agria pelea con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a propósito de esta rebaja, que los socios han condicionado a que Dublín acepte una subida del impuesto de sociedades.

De hecho, la alineación del impuesto de sociedades es uno de los puntos que forma parte del citado “pacto por el euro” -que ha cambiado su denominación original de “pacto de competitividad” para evitar un nombre demasiado asociado a las exigencias alemanas-.

Este pacto fija un conjunto de áreas sobre las que los Gobiernos del euro deberán actuar para incrementar la competitividad de la región y evitar las divergencias que han sido señaladas como una de las causantes de la crisis.

Los objetivos -muy similares a los señalados por Berlín- incluyen adaptar la edad de jubilación a la esperanza de vida, controlar los costos salariales y alinearlos con la productividad, flexibilizar el mercado de trabajo y vigilar la solvencia del sector financiero.

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