SEGÚN EL FMI, A PESAR DE NUEVOS RIESGOS, LA RECUPERACIÓN MUNDIAL ESTÁ COBRANDO ÍMPETU

12 abril 2011

Fuente: Tomado de la Web del FMI

Washington, 12 de abril- Según las últimas proyecciones del FMI, la recuperación económica mundial está cobrando ímpetu y el crecimiento mundial rondaría 4½% tanto en 2011 como en 2012. Sin embargo, el desempleo se mantiene elevado y están aumentando los riesgos de sobrecalentamiento en las economías de mercados emergentes.

El elevado precio de las materias primas plantea nuevos retos para la política económica, en tanto que los desafíos ya presentes -saneamiento y reforma fiscal y financiera y reequilibramiento de la demanda mundial- siguen pendientes de solución.

“En vista de las mejoras ocurridas en los mercados financieros, el vigor de la actividad de muchas economías emergentes y en desarrollo, y el afianzamiento de la confianza en las economías avanzadas, las perspectivas económicas para 2011–12 son favorables”, afirma el FMI en la edición de abril de 2011 de su informe Perspectivas de la economía mundial. Sin embargo, los trastornos de la oferta petrolera generan nuevos riesgos para la recuperación.

Fragilidad de las condiciones financieras

Según las proyecciones, el PIB real de las economías avanzadas y de las economías de mercados emergentes y en desarrollo aumentaría alrededor de 2½% y 6½%, respectivamente.

El informe, publicado el 11 de abril, afirma que las condiciones financieras siguen mejorando tras la crisis mundial, pero aún son inusitadamente frágiles.

En muchas economías de mercados emergentes, la demanda es vigorosa y el sobrecalentamiento es un creciente motivo de preocupación para la política económica. En las economías en desarrollo, sobre todo las de África subsahariana, también se ha reanudado un crecimiento rápido y sostenible. Sin embargo, según el FMI, han surgido nuevos riesgos:

- El aumento de los precios de los alimentos y de las materias primas representa una amenaza para los hogares pobres y exacerba las tensiones socioeconómicas, particularmente en Oriente Medio y Norte de África.

- Los precios del petróleo se han disparado debido a los disturbios en Oriente Medio. Según el informe del FMI, los disturbios ocurridos hasta ahora tendrían apenas efectos leves en la actividad económica, pero en vista de la decreciente capacidad excedentaria de producción petrolera, los riesgos son a la baja.

- El FMI señaló que el terremoto y el tsunami que golpearon a Japón cobraron innumerables víctimas, pero que su impacto macroeconómico mundial sería limitado.

Muchos viejos desafíos continúan sin solución

El FMI opina que muchos retos para la política económica siguen sin solucionar mientras surgen otros nuevos. En las economías avanzadas, la debilidad de los balances soberanos y la condición aún desfalleciente de los mercados inmobiliarios continúan siendo motivos de gran inquietud, sobre todo en ciertas economías de la zona del euro.

Para que la reactivación se afiance en las economías avanzadas será necesario mantener bajas las tasas de interés mientras las presiones salariales sean moderadas, las expectativas inflacionarias estén bien ancladas y el crédito bancario sea anémico. A la vez, habrá que trazar una trayectoria fiscal sostenible a mediano plazo para el gasto público mediante la ejecución de planes de consolidación fiscal y la reforma de los programas de derechos a prestaciones, respaldados por un fortalecimiento de las reglas y las instituciones fiscales.

Según el informe del FMI, esa tarea es particularmente apremiante en Estados Unidos para disipar el riesgo de fluctuaciones de los mercados de bonos que podrían provocar una desestabilización internacional. “Para lograr una reducción sensible de los déficits proyectados a mediano plazo resultarán esenciales medidas más amplias, como las reformas de la tributación y la seguridad social”.

De acuerdo con el FMI, en Japón, la prioridad fiscal inmediata consiste en respaldar la reconstrucción. Una vez que la reconstrucción se encuentre en marcha y que esté más clara la magnitud de los daños, la atención deberá centrarse en vincular el gasto en reconstrucción a una estrategia fiscal clara encaminada a recortar el coeficiente de deuda pública a mediano plazo.

En la zona del euro, a pesar de un avance significativo, los mercados siguen preocupados por las perspectivas de los países sometidos a presión en los mercados. Para ellos, lo que se necesita a nivel de la zona del euro es un financiamiento suficiente, flexible y de bajo costo para respaldar un ajuste fiscal sólido, la reestructuración bancaria y reformas que promuevan la competitividad y el crecimiento. A nivel más general, es necesario restablecer y apuntalar la confianza en los bancos de la zona del euro a través de pruebas de resistencia de amplio alcance y programas de reestructuración y recapitalización.

Preocupación por el sobrecalentamiento

El reto para muchas economías de mercados emergentes y algunas economías en desarrollo consiste en evitar que las condiciones actuales, que parecen un auge, no se transformen en un sobrecalentamiento a lo largo del próximo año. La presión inflacionaria probablemente recrudezca a medida que la creciente producción se tope con limitaciones de la capacidad, y que los fuertes aumentos de los precios de los alimentos y de la energía lleven a exigir salarios más altos.

Las tasas de interés reales todavía están bajas y las políticas fiscales son considerablemente más acomodaticias que antes de la crisis. Las políticas que corresponde adoptar varían según la situación cíclica y externa de cada economía. Sin embargo, en muchas economías de mercados emergentes es necesario adoptar políticas macroeconómicas más restrictivas.

Muchas economías emergentes y en desarrollo tendrán que proporcionar un respaldo bien focalizado a los hogares pobres que luchan con los elevados precios de los alimentos, afirmó el FMI.

Para que la recuperación tenga una base más sólida a mediano plazo es fundamental avanzar más en el reequilibramiento de la demanda mundial. Ello requerirá la colaboración de muchos países, y especialmente ajuste fiscal en las economías con déficits externos críticas, mayor flexibilidad cambiaria y reformas estructurales que eliminen las distorsiones que promueven el ahorro en economías con superávits críticas.