¿SE ACABÓ LA ERA DE LOS PRECIOS BAJOS? (ANÁLISIS)
10 mayo 2011
Fuente: Publicado por The Wall Street Journal, EEUU
Fuente: Publicado por The Wall Street Journal, EEUU
Hong Kong, 10 de mayo (WSJ)- Los salarios en China están subiendo, lo que podría augurar el fin de la era de los bienes baratos.
Durante los últimos treinta años, los clientes le pedían a William Fung, director ejecutivo de una de las mayores compañías de tercerización de producción manufacturera del mundo, que hiciera que sus bienes -ya fueran camisetas, blue jeans o platos- fueran más baratos. Gracias a lo que parecía una fuerza laboral ilimitada, normalmente podía cumplir sus deseos.
Ahora, el ejecutivo de Li & Fung Ltd. asegura que los tiempos están cambiando. Los salarios de las decenas de miles de trabajadores que la empresa de Hong Kong emplea indirectamente se están disparando. Fung predice que los sueldos en toda China aumentarán 80% en los próximos cinco años. Eso significa que los precios de los artículos de Li & Fung también tendrán que subir. "Lo que tendremos en los próximos 30 años es inflación", auguró el ejecutivo. "Muchos gerentes occidentales nunca han tenido que hacer frente a la inflación".
Es probable que este asunto surja en las conversaciones que arrancaron el lunes en Washington entre China y Estados Unidos durante la ronda anual del Diálogo Estratégico y Económico. Hay señales de que los bajos costos laborales y la divisa barata que catapultaron el superávit comercial de China con EE.UU. están llegando a un punto de inflexión. Esto se produce en medio de una mayor presión por alzas salariales a medida que la población en edad de trabajar empieza a declinar.
Durante décadas, muchos empleadores chinos mantuvieron bajos los costos de una variedad de productos, desde ropa a electrodomésticos. China también controló el valor de su moneda, concediéndoles a los exportadores una ventaja competitiva.
"La inflación se ha contenido significativamente en EE.UU. ya que tercerizaba la mano de obra a China y otros lugares a 20% o 30% del costo", dijo Hal Sirkin, de Boston Consulting Group. Los años de las reducciones drásticas en los costos se han acabado, asegura la consultora.
Li & Fung cree que el origen del alza en los salarios se remonta al "Efecto Foxconn" en alusión al nombre con el que cotiza en bolsa Hon Hai Precision Industry Co., fabricante de iPads para Apple Inc. y computadoras para Hewlett-Packard Co., entre otros productos. Después de una ola de suicidios de sus trabajadores el año pasado en una de sus plantas en China, Foxconn aumentó sus salarios 30% o más en un intento por mejorar las condiciones laborales.
Desde entonces, el gobierno ha respaldado la subida de los salarios en parte para apaciguar las tensiones, pero también como una manera de promocionar el consumo interno y reducir la dependencia de las exportaciones como motor de la economía.
Los sueldos, en todo caso, no son el único factor que está encareciendo los precios. Por una parte, los trabajadores empiezan a comprar más con sus mejores salarios. Eso contribuye al encarecimiento de materias primas como el algodón y el aceite, las cuales ya están bajo presión por el debilitamiento del dólar. Los mejores estándares de vida en economías emergentes como la de China mantendrán los precios de los recursos naturales altos a medida que la demanda supere la oferta.
La maniobra de China de permitir una apreciación moderada del yuan echa leña al fuego. La apreciación abarata el costo de las materias primas que China necesita importar, como el hierro y la soya, lo que la ayuda a mantener la inflación a raya. Sin embargo, también encarece sus exportaciones. "La idea de que hemos pasado de una era de un entorno deflacionario a uno inflacionario es acertada", insiste Jeffrey Sachs, economista y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia.
Durante los 30 años de crecimiento de China, cientos de millones de empleos fabriles y urbanos absorbieron el excedente de trabajo rural. En los últimos tres o cuatro años, esa mano de obra extra se ha agotado.
Muchos analistas predicen que la extensa fuerza laboral de China empezará a declinar en el próximo año o dos, como resultado de las políticas de planificación familiar. Otros aseguran que ya existe una escasez de los miembros más activos en una planta de ensamblaje: los trabajadores de entre 15 y 34 años.
Ese grupo ha ido menguando desde 2007, calcula Jun Ma, economista jefe para China de Deutsche Bank. Una menor fuerza laboral necesitará salarios más altos para mantener una población con cada vez más personas de la tercera edad.