LOS DESASTRES NATURALES NO SON IMPREVISIBLES

13 abril 2012

Fuente: Publicado por Portafolio.co, Colombia Por Niels Holm-Nielsen

Bogotá, 13 de abril.- América Latina ha hecho avances para comprender y gestionar mejor los riesgos del planeta.

En el 2010 un terremoto de grado 7 en la escala de Richter desoló a Haití, cobrando casi un cuarto de millón de vidas.

En México, hace unas pocas semanas, un seísmo de similar magnitud (7,4) apenas causó grietas y unos pocos heridos.

La diferencia entre la tragedia de unos y el susto de otros es la preparación para enfrentar los llamados “desastres naturales” –se trate de terremotos, huracanes, aludes o inundaciones–.

Aún cuando no hay nada que se pueda hacer para evitar estos fenómenos, lo cierto es que no hay razón por la que las consecuencias tengan que ser inevitablemente desastrosas.

América Latina ha hecho avances significativos para comprender y gestionar mejor los fenómenos naturales en las últimas décadas.

Así como México, otros países de la región como Chile, Colombia y Costa Rica, han mejorado su capacidad para predecir algunos riesgos, prepararse para emergencias y manejarlas.

Con algunas excepciones regionales, menos personas mueren por este tipo de eventos hoy que hace tan sólo una década, en gran parte debido a la mejora de las políticas de gestión de desastres, los sistemas de alerta temprana y la organización de respuesta a emergencias.

Paradójicamente, frente a la reducción de pérdidas humanas, las económicas por desastres muestran una tendencia al alza en todos los países de la región.

La industria mundial de reaseguros calcula que, bajo las tendencias actuales, las pérdidas por desastres económicos se duplicarán cada década.

A modo de ejemplo, en un país como Colombia que tiene uno de los mejores sistemas nacionales de gestión de riesgos, el número de hogares afectados por los desastres se ha incrementado en un 10 por ciento anual durante las últimas dos décadas.

La mayoría de las economías latinoamericanas son aún muy vulnerables a fenómenos naturales adversos.

Con la excepción de unos pocos, los gobiernos no incluyen en sus cálculos el potencial impacto de los fenómenos naturales, lo que significa que viven con la posibilidad muy real de ser sorprendidos por uno de esos eventos, con consecuencias significativas para sus economías.

Cambio climático.

La necesidad de prepararse para enfrentar fenómenos naturales es doblemente urgente en el contexto del cambio del clima.

Los modelos climáticos no permiten a la fecha predecir con certeza la dirección o profundidad de los cambios de niveles del océano, intensidad y frecuencia de las lluvias y, por lo tanto, la frecuencia e intensidad de las inundaciones o sequías.

Por esta razón, es esencial contar con los sistemas, y el cambio institucional y cultural necesarios para enfrentar los futuros fenómenos naturales.

El estudio del Banco Mundial “The Economics of Adaptation to Climate Change” (La Economía de la Adaptación al Cambio climático), estima que el costo de adaptación a una temperatura 2°C superior a la actual en 2050 oscila entre 70 y 100 mil millones de dólares por año.

Para América Latina y el Caribe, el costo anual podría estar entre los 15.000 y 21.000 millones de dólares. Para la década que termina en el 2019, esa cifra correspondería al 0,27 por ciento del PIB de la región.

Las economías más pequeñas de América Latina y el Caribe están particularmente en riesgo. Los gobiernos y las poblaciones deben tomar en serio estos riesgos para garantizar un crecimiento sostenible y la reducción de la pobreza.

Afortunadamente, en países como Haití, Brasil, El Salvador, Perú por mencionar ejemplos recientes, se han establecido programas de construcción de viviendas e infraestructura más segura, capacitación en el manejo de riesgo de desastres y prevención a través de mecanismos de financiamiento de contingencia (CAT DDO, por sus siglas en inglés).

Lo que importa es lo que construya la gente y donde lo haga. En la medida que lo realicen más con conciencia preventiva, los estragos humanos y económicos disminuirán.