MERCOSUR Y LA UNIÓN EUROPEA

16 agosto 2012

Fuente: Publicado por ElUniversal.com, Venezuela<p/> Por Julio César Pineda

Caracas, 16 de agosto.- El MERCOSUR fue creado el 26 de marzo de 1991 bajo la Arquitectura Jurídica del Tratado de Asunción, el cual entró en vigor el primero de enero de 1992. Miembros fundadores fueron Argentina, Brasil Uruguay y Paraguay. Desde el 2005 Venezuela, con el gobierno del presidente Chávez, insistió en integrarse plenamente, pero inicialmente el Parlamento de Brasil y el de Paraguay se opusieron por el temor a la politización y a la ideologización que la presencia de Venezuela pudiera generar. Posteriormente el intransigente en no ceder a permitir el acceso de Venezuela fue el Parlamento paraguayo hasta la destitución del presidente Lugo y la crisis política y constitucional que se generó en ese país. Medida controversial en todos los países miembros y más allá de la subregión en el propio seno de la OEA.

Venezuela aprovechó la oportunidad de ingresar, con mucho cuestionamiento al MERCOSUR. Nuestra nación ya es parte desde el 31 de julio del presente año y deberá acordar en su legislación y procedimientos comerciales, cambios progresivos para integrarse a ese nuevo Derecho Comunitario y a las prácticas comerciales de ese organismo multilateral.

Con el precedente de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), creada en 1980, y los acuerdos comerciales bilaterales entre Argentina y Brasil de 1986, el MERCOSUR como la Comunidad Andina de Naciones, se constituyó en una instancia subregional de integración, abierto a toda la comunidad latinoamericana. El Mercado Común del Sur ha tomado como paradigma el proceso de integración de la Unión Europea (UE), declarada por el Tratado de Maastricht en 1992, que reemplazó a la Comunidad Económica Europea (CEE) de 1957 y se perfeccionó con el Tratado de Lisboa del 2009.

El MERCOSUR en la misma dirección de la UE, adoptó la Cláusula Democrática como elemento fundamental en el proceso de integración, hacia una Comunidad de Estados que unen sus economías, pero que respetan y defienden los Derechos Humanos. El acervo comunitario de 22 años del MERCOSUR debe ser alcanzado por Venezuela, su Gobierno, su Parlamento, y por los factores de producción y formar cuadros en lo jurídico, político, económico y educativo, hacia lo que implica el perfeccionamiento de un mercado único, con una unión aduanera, la libre circulación de personas, capitales y mercancías, la protección de la libre competencia y armonización evolutiva de las legislaciones.

Como Europa, se deberá marchar hacia una política exterior y de seguridad común que permita jugar un rol fundamental en la actual multipolaridad mundial. Como los europeos, se debe marchar hacia una política común de seguridad y de defensa, tal vez con un Consejo de Seguridad Regional y con Tribunales Supranacionales. Venezuela deberá fortalecer su desarrollo económico, industrial y agrícola, fortaleciendo como ocurre en el MERCOSUR, y así lo fue en la UE, con la libre empresa, garantizando precios justos a los consumidores y las ganancias equilibradas.

Como en Europa y con la adhesión de otros Estados, el MERCOSUR podría ser el motor de una real Unión Su- ramericana, borrando las fronteras aduanales y financieras entre los países miembros. En la UE la zona de libre cambio de 1993 y el espacio Schengen desde 1995 facilitó esta tarea.

Muy importante la actividad que Venezuela deberá desarrollar en el Parlamento del MERCOSUR (Parlasur). Al salirnos de la Comunidad Andina, decisión que no debió tomarse, porque ahora los acuerdos MERCOSUR-Comunidad Andina obligan a trabajar en campos comunes, tuvimos que dejar el Parlamento Andino. Al ingresar al MERCOSUR dentro de la dinámica de ese organismo deberíamos participar en el mismo con la elección de los 18 parlamentarios venezolanos por voto directo y que representen la pluralidad ideológica y política de los pueblos del MERCOSUR, como lo establece el Parlasur.

Tal vez en el perfeccionamiento de estos sistemas de integración sea necesario un proyecto constitucional para la región, como los europeos cuando propusieron "una Constitución para toda Europa", dentro del concepto del federalismo, superando al tradicional Estado Nacional por un Estado Regional. En el 2009 con el Tratado de Lisboa que fue ratificado por los 27 Estados miembros, se tomó lo fundamental del proyecto constitucional europeo, generando lo que algunos denominan un nuevo Derecho Constitucional Internacional.

Hoy para MERCOSUR, para la CAN, para el CARICOM, para el Sistema de Integración Centroamericano y para los recientes proyectos de UNASUR y el CELAC continúa vigente el paradigma de la UE, más allá de cualquier dificultad y crisis, como la actual, en el campo de las finanzas y la economía.