REINGENIERÍA DE LA CAN

30 septiembre 2013

Fuente: Publicado por Portafolio.co, Colombia<p/> Por Manuel José Cárdenas

Bogotá, 30 de septiembre.- El proceso de reingeniería de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) se ha convertido en una auténtica caja de Pandora, ya que tiene lugar en un entorno de importantes cambios en el mapa de la integración económica latinoamericana, que impiden orientarlo hacia una dirección determinada.

Reflejo de ello es el hecho de que hoy los cuatro países miembros de la CAN pertenecen también a otros esquemas de integración económica, con diversas orientaciones de política. Esto ha dado lugar a un cuadro de ‘multipertenencia’ que persistirá en los próximos años. A ello se añade el surgimiento en los últimos años de dos nuevos procesos de integración regional de amplio alcance geográfico y temático: la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Lo anterior plantea desafíos tanto a la propia reingeniería de la CAN (en la medida en que ciertos temas son tratados en distintos foros, generando posibles duplicaciones de esfuerzos o inconsistencias) como al objetivo de la convergencia de los esquemas de integración latinoamericanos.

Ello explica por qué la CEPAL y la Fundación Getulio Vargas, a quienes se les encomendó presentar sendas propuestas para realizar la reingeniería, hayan tenido grandes dificultades para su formulación. Los planes de la CEPAL buscan reducir el ámbito de actuación de la CAN a la integración comercial y complementación económica, al medio ambiente, recursos naturales y energía, y al desarrollo social y territorial, en la medida que existan fondos financieros nacionales que garanticen su ejecución. Implican, por lo tanto, un ámbito de validez material muy reducido y heterogéneo.

La Fundación propone, por su parte, trabajar en dos frentes: uno interno, que busca perfeccionar y dinamizar el cuadro institucional vigente, con miras a un Sistema Andino de Integración moderno y transparente. El otro externo que busca atender a los intereses estratégicos de sus miembros, teniendo en cuenta la dinámica y realidad de los presentes movimientos suramericanos de integración. Con relación a estos últimos, la Fundación es consciente de que las propuestas que formula abren la puerta a muchos debates. Propone entre otras cosas, un acercamiento de doble pertenencia a MERCOSUR, que podría conducir a que este y la CAN se fusionaran a través de UNASUR. A ello se agrega el drama de que Colombia y Perú quieren integrarse más a EE.UU., como también quieren ser protagonistas importantes, conjuntamente con Chile y México, de la Alianza del Pacífico. Por su parte, Bolivia quiere ser miembro pleno de MERCOSUR.

Ante unas propuestas tan disímiles, el Consejo Ampliado de Ministros de Relaciones Exteriores de la CAN, en su pasada reunión en Lima, no pudo tomar una decisión sobre la reingeniería que necesita el proceso. Se limitó a tomar las decisiones más urgentes, que en el fondo están contribuyendo a un debilitamiento mayor del proceso, como son la eliminación del Parlamento Andino, la reducción del número de comités y la creación de un grupo de alto nivel con el fin de presentar las reformas necesarias, las cuales también estarán dirigidas hacia una convergencia de la CAN con MERCOSUR y UNASUR, o la absorción por estos últimos.

Por todo lo anterior es muy difícil que se pueda llegar a un acuerdo que revitalice el proceso andino de integración.