LA ECONOMÍA MUNDIAL ESTÁ DEJANDO ATRÁS LA GRAN RECESIÓN, PERO TIENE OBSTÁCULOS POR DELANTE

03 abril 2014

Fuente: Tomado de la Web del FMI

Washington, 3 de abril.- La economía mundial está saliendo a flote tras la Gran Recesión, pero el crecimiento global sigue siendo demasiado lento y débil, afirmó Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI.

En un discurso pronunciado ante la Escuela de Estudios Económicos Avanzados (SAIS, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Washington en vísperas de las Reuniones de Primavera de 2014 del FMI y del Banco Mundial, Lagarde afirmó: “Se encuentra en curso una recuperación moderada y frágil, y es preciso cambiar de marcha para encaminarse hacia un crecimiento más rápido y sostenible”.

Lagarde trazó algunas tendencias generales de la economía mundial; entre ellas, el hecho de que la actividad económica en las economías avanzadas, como Estados Unidos, la zona del euro y Japón, está mejorando, pero a diferentes velocidades.

Aunque se están desacelerando, las tasas de crecimiento de los países de mercados emergentes se encuentran entre las más altas del mundo, puntualizó, especialmente en el caso de las economías emergentes de Asia, que “seguirán brillando” en la economía mundial. El crecimiento de África subsahariana también sigue siendo vigoroso. Las condiciones son más complicadas en los países árabes en transición, señaló Lagarde, ya que su crecimiento continúa frenado por un difícil contexto sociopolítico.

Obstáculos a corto plazo

Lagarde advirtió que existen obstáculos a corto plazo en la senda hacia un crecimiento más vigoroso y perdurable. Entre los obstáculos viejos, aún queda por completar el programa de reforma del sector financiero; los elevados niveles de deuda de muchos países no ceden; y persiste un fuerte desempleo.

Entre los nuevos, cabe mencionar los siguientes:

• El riesgo incipiente de un nivel ultrabajo de inflación: Un período posiblemente prolongado de baja inflación puede inhibir la demanda y el producto, y por extensión el crecimiento y el empleo.

• El riesgo de agudización de la volatilidad de los mercados debido al repliegue paulatino del programa de expansión cuantitativa de las economías avanzadas, en un contexto financiero externo menos benigno.

• Las tensiones geopolíticas podrían empañar las perspectivas económicas mundiales. Si no se la maneja bien, la situación de Ucrania podría tener repercusiones más amplias.

Lagarde dijo que el costo de un crecimiento persistentemente anémico es alto: escaso avance del ingreso y retroceso paulatino del desempleo. “El riesgo es que si las políticas no son lo suficientemente ambiciosas, el mundo caiga en una trampa de bajo crecimiento a mediano plazo”.

Crecimiento a velocidad de crucero

El objetivo es lograr que el crecimiento a mediano plazo alcance velocidad de crucero, declaró Lagarde. Como en muchos países hay cada vez menos margen para aplicar políticas macroeconómicas de apoyo, las reformas estructurales adquirirán más relevancia como instrumento de política. Estos son algunos de los ámbitos que merecen especial atención:

• Una inversión más intensa y con prioridades adecuadas para elevar el producto potencial y crear empleo.

• Reformas laborales inclusivas que pueden hacer mucho por estimular el crecimiento potencial.

• Reformas de los sectores de productos y de servicios que pueden erradicar intereses creados, promover la competencia y explotar el enorme potencial de crecimiento y empleo.

Afianzamiento de la cooperación internacional

“En un momento en que el mundo aún se está recuperando de la Gran Recesión -y en que las tensiones geopolíticas se están intensificando- ¿cómo podemos fortalecer la cooperación internacional, que es clave para hacer frente a estos desafíos?”, preguntó Lagarde.

Señaló que, en la reunión que celebraron en Australia en febrero, los principales miembros del Grupo de los Veinte grandes países industriales y de mercados emergentes reconocieron que mediante la aplicación de medidas de política correctas por parte de los países y la cooperación correcta entre los países sería posible elevar el crecimiento mundial más de 2% a lo largo de los próximos cinco años.

“Esto colocaría a la economía mundial en una trayectoria sustancialmente diferente de la actual”, acotó.