EL ADN DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL
Fuente: http://www.la-razon.com/
Un dato digno de tomarse en cuenta es la evaluación que hacen los ciudadanos de las políticas de integración en cada país. El 55% aprueba la estrategia de integración de su país, pero el 36% sostiene que su Estado hizo muy poco o nada para integrarse a la región y al mundo. Resalta asimismo la gran demanda por mayor conectividad física. América Latina y el Caribe invierten el 3% del PIB en infraestructura, cuando debería esperarse al menos el doble. El estudio refleja que para las pymes de la región los costos logísticos superan el 40% del valor del producto, mientras que en regiones avanzadas apenas llega al 8%.
Otro de los rubros valorados por los ciudadanos encuestados, siempre en atención al documento del BID, es el de la innovación y nuevas tecnologías. Cuatro de cada 10 latinoamericanos aseguran que la integración tuvo un impacto positivo en el acceso a tecnología, especialmente en el área de salud. Existen sin embargo recelos a tecnologías consideradas menos positivas como el uso de drones o el consumo de carnes sintéticas.
El 51% de los encuestados sostiene que las políticas sociales deben priorizar el desarrollo, y el 40% asegura que la integración impactó positivamente sobre el empleo. Hay una clara tendencia de superar el prejuicio referido a que los extranjeros quitan el empleo de los nacionales.
Los latinoamericanos se manifiestan dispuestos a pagar más por productos si en su elaboración se respetan los derechos laborales y se cuida más al medio ambiente.
En una de las conclusiones del informe se indica que los latinoamericanos ya no asocian exclusivamente a la integración con los temas tradicionales del comercio de bienes, sino que demandan una relación de sus países con el resto del mundo que sea inteligente, una integración de calidad que contribuya a mejorar vidas y donde también son importantes los factores ambientales, sociales y el intercambio académico y científico.
El documento es muy útil para los gobiernos de la región, pues permite comprender de mejor manera el complejo andamiaje de la integración y la percepción ciudadana sobre él. Demás está decir que en Latinoamérica se han alentado procesos de integración como el de la Comunidad Andina (CAN), el Mercosur y más recientemente la Alianza del Pacífico. Las sociedades latinoamericanas se interesan más por los procesos de integración y las consecuencias que traen aparejadas. El informe destaca el interés del ciudadano común sobre la agenda de integración, lo que a su juicio debe ser una de las prioridades de las políticas públicas.
La CAN ha logrado crear una zona de libre comercio entre los cuatro países miembros. Ha emitido una enorme cantidad de normas supranacionales (cerca ya de 800) para lograr uniformar procedimientos en materias aduanera, propiedad intelectual, requisitos fitosanitarios y zoosanitarios. Asimismo trabaja en conseguir acuerdos para una futura vigorosa interconexión eléctrica y para superar las barreras que todavía existen en telecomunicaciones y uso de tecnologías.
Los resultados que se reflejan en el informe denominado “El ADN de la integración regional”, que tiene más de 100 páginas, son fruto de más de 20.000 encuestas realizadas en 18 países de América Latina. Junto al BID ha participado el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) y el Latinobarómetro. Los responsables de este estudio afirman que “en un mundo donde afloran tendencias proteccionistas, los latinoamericanos siguen apostando por la integración”. Puede accederse a este completo estudio a través de la página web del BID www.iadb.org.