El rango de crecimiento para el 2017 se ha ajustado a entre 1,8% y 3,6%, desde 1,8%-3,1% previsto en septiembre, indicó la OMC, aunque advirtió sobre el riesgo de que la actividad comercial pueda verse "reprimida" por la falta de claridad sobre las políticas gubernamentales.
"Deberíamos ver el comercio como parte de la solución a las dificultades económicas, no como parte del problema", dijo el director general de la OMC, Roberto Azevêdo.
"En general hay un cauto optimismo, pero el crecimiento del comercio sigue siendo frágil y hay riesgos considerables a la baja. Mucha de la incertidumbre es política (...) El mundo debe "seguir resistiendo el levantamiento de nuevas barreras al comercio", añadió en una conferencia de prensa.
La OMC ha revisado en varias ocasiones sus estimaciones preliminares en los últimos cinco años, ya que las predicciones de recuperación económica resultan excesivamente optimistas. El comercio mundial creció un "excepcionalmente bajo" 1,3% en 2016, el ritmo más lento desde la crisis financiera.
"El crecimiento económico mundial ha acusado desequilibrios desde la crisis financiera, pero en 2017, por primera vez en varios años, todas las regiones de la economía mundial deberían experimentar simultáneamente una recuperación, lo que podría reforzar el crecimiento y dar un impulso adicional al comercio", señaló el comunicado de la OMC.
En 2018, el comercio mundial crecerá entre un 2,1% y un 4%, según el último análisis del organismo.
"Un aumento de la inflación que lleve a tipos de interés más altos, políticas fiscales más estrictas y la imposición de medidas para restringir el comercio podrían socavar un mayor crecimiento del comercio durante los próximos dos años", advirtió, no obstante, la OMC.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho de la reducción del déficit comercial una parte clave de su agenda económica para tratar de incrementar los empleos manufactureros en el país. Ha tratado especialmente de renegociar las relaciones comerciales con China y México.
"Si los responsables políticos tratan de hacer frente a las pérdidas de empleos en sus países con severas restricciones a las importaciones, el comercio no puede ayudar a impulsar el crecimiento e incluso puede constituir un obstáculo para la recuperación", dijo Azevêdo en un comunicado.