ANTECEDENTES

La presente es la era del Emprendimiento, y los emprendedores están llevando a cabo una revolución que está transformando y renovando las economías en una escala global. El emprendimiento ha sido uno de los factores claves para la promoción y la creación de las micros, las pequeñas y las medianas empresas (MIPYMES) a nivel mundial.

Las PYMES desempeñan un papel fundamental en la economía de América Latina y el Caribe (ALC) y su desarrollo. Constituyen el 99% del tejido industrial y generan el 67% de las fuentes de empleo en la región. Sin embargo, las MIPYMES en América Latina y el Caribe enfrentan múltiples desafíos: i) Baja productividad; ii) Escasa competitividad y eficiencia; iii) Alta informalidad laboral y fiscal; iv) Limitado crecimiento y expansión y v) baja innovación. Este último desafío es el de mayor impacto en el desempeño económico y comercial de las MIPYMES regionales, debido a que, en una economía que avanza hacia la integración y la globalidad, el éxito de un bien o de un servicio en el mercado está determinado por el rol que desempeña el factor innovación, el cual se potencia a través del desarrollo de iniciativas de emprendimiento, entre otras vías.

La diferenciación de un producto o de un servicio con respecto a otro, se logra a través de la creación y aplicación de conocimiento, tanto en la manufactura del bien (tangible), como en la creación y gestión del servicio (intangible).

Ese proceso de creación y de aplicación de conocimiento en la fabricación o elaboración de productos (bienes y servicios) está estrechamente vinculado a la propiedad intelectual (PI), la cual es considerada un activo intangible de la empresa y ha dado origen a los derechos de propiedad intelectual, los cuales constituyen una herramienta clave para gestionar el desenvolvimiento de la PI en la economía y su interrelación con los actores económicos que hacen uso de ella.

Potencialmente, las MIPYMES son el motor de la innovación en América Latina y el Caribe (ALC). Sin embargo, no aprovechan su propia capacidad innovadora y creativa debido al, entre otros factores, relativo desconocimiento del Sistema de Propiedad Intelectual. De allí que resulte un imperativo que las MIPYMES y los emprendedores tengan un buen entendimiento de dicho sistema el cual incluye patentes, derechos de autor, marcas comerciales, diseños industriales, indicaciones geográficas y bases de datos.

La protección, gestión y observancia de la Propiedad Intelectual se manifiesta en los derechos y en el propio sistema con el que las MIPYMES tienen incentivos para convertir ideas en activos comerciales con valor de mercado y que, además garantizan, la reinversión para la creación de nuevo conocimiento.

Con ello también se promueve mayores niveles de competitividad dado que impide la imitación y falsificación de productos y servicios protegidos por los derechos de Propiedad Intelectual pertenecientes a las MIPYMES.