La búsqueda de caminos para enfrentar los peligros comunes concentró la atención de la V Reunión Ministerial entre CARICOM y Cuba, que sesionó aquí con la presencia de Salvador Valdés Mesa, vicepresidente del gobierno en la mayor de las Antillas.
Según apreció el titular de Relaciones Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, las pequeñas economías del área también pueden sufrir severas consecuencias debido al incremento del proteccionismo comercial por parte de Estados Unidos y sus políticas antiinmigrantes.
Ello afectará el intercambio comercial y el flujo de remesas, comentó el diplomático, quien subrayó la importancia de coordinar esfuerzos entre Caricom y otros mecanismos regionales, en especial con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
A juicio del canciller de San Cristóbal y Nieves, Mark Brantley, las deportaciones masivas asociadas a las políticas estadounidenses plantean mayores dificultades económicas para los territorios de origen y transgresiones a los derechos humanos.
Otro fenómeno lesivo es la decreciente cooperación financiera y técnica proveniente de grandes potencias en términos de ayuda oficial para el desarrollo, consideró la ministra de Relaciones Exteriores de Surinam, Yldiz Deborah Pollark-Beighle.
Entre las visiones compartidas, primó el propósito de reforzar la cohesión en el ámbito regional, aprovechando las potencialidades propias de CARICOM y el carácter más universal de la CELAC.
Los funcionarios abogaron, además, por la ejecución de proyectos que contribuyan a la conectividad aérea y marítima regional, el fomento del turismo sostenible, la mitigación de los impactos climáticos y la prevención de peligros por desastres naturales.
Al decir del canciller cubano, Bruno Rodríguez, la actual coyuntura hemisférica obliga a América Latina y el Caribe a reforzar su unidad y capacidad de concertación, para hacer valer ese consenso general en los foros multilaterales.
La CELAC, apuntó, debe servir como espacio de diálogo y actuación conjunta como única forma de hacer valer nuestros enfoques en un escenario mundial de crecientes amenazas a la paz, el desarrollo y al disfrute de todos los derechos humanos por parte de todas las personas.
CARICOM reúne a Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.
PRENSA
CARICOM evalúa riesgos para pequeñas economías insulares
Foto/créditos: Prensa Latina.
La Habana, (PL).- Países miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM) señalaron que los efectos del cambio climático y los problemas migratorios agravan el panorama de la subregión, en medio de crecientes amenazas globales.
CARICOM evalúa riesgos para pequeñas economías insulares
Foto/créditos: Prensa Latina.
La Habana, (PL).- Países miembros de la Comunidad del Caribe (CARICOM) señalaron que los efectos del cambio climático y los problemas migratorios agravan el panorama de la subregión, en medio de crecientes amenazas globales.
La búsqueda de caminos para enfrentar los peligros comunes concentró la atención de la V Reunión Ministerial entre CARICOM y Cuba, que sesionó aquí con la presencia de Salvador Valdés Mesa, vicepresidente del gobierno en la mayor de las Antillas.
Según apreció el titular de Relaciones Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, las pequeñas economías del área también pueden sufrir severas consecuencias debido al incremento del proteccionismo comercial por parte de Estados Unidos y sus políticas antiinmigrantes.
Ello afectará el intercambio comercial y el flujo de remesas, comentó el diplomático, quien subrayó la importancia de coordinar esfuerzos entre Caricom y otros mecanismos regionales, en especial con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
A juicio del canciller de San Cristóbal y Nieves, Mark Brantley, las deportaciones masivas asociadas a las políticas estadounidenses plantean mayores dificultades económicas para los territorios de origen y transgresiones a los derechos humanos.
Otro fenómeno lesivo es la decreciente cooperación financiera y técnica proveniente de grandes potencias en términos de ayuda oficial para el desarrollo, consideró la ministra de Relaciones Exteriores de Surinam, Yldiz Deborah Pollark-Beighle.
Entre las visiones compartidas, primó el propósito de reforzar la cohesión en el ámbito regional, aprovechando las potencialidades propias de CARICOM y el carácter más universal de la CELAC.
Los funcionarios abogaron, además, por la ejecución de proyectos que contribuyan a la conectividad aérea y marítima regional, el fomento del turismo sostenible, la mitigación de los impactos climáticos y la prevención de peligros por desastres naturales.
Al decir del canciller cubano, Bruno Rodríguez, la actual coyuntura hemisférica obliga a América Latina y el Caribe a reforzar su unidad y capacidad de concertación, para hacer valer ese consenso general en los foros multilaterales.
La CELAC, apuntó, debe servir como espacio de diálogo y actuación conjunta como única forma de hacer valer nuestros enfoques en un escenario mundial de crecientes amenazas a la paz, el desarrollo y al disfrute de todos los derechos humanos por parte de todas las personas.
CARICOM reúne a Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.
Según apreció el titular de Relaciones Exteriores de Guyana, Carl Greenidge, las pequeñas economías del área también pueden sufrir severas consecuencias debido al incremento del proteccionismo comercial por parte de Estados Unidos y sus políticas antiinmigrantes.
Ello afectará el intercambio comercial y el flujo de remesas, comentó el diplomático, quien subrayó la importancia de coordinar esfuerzos entre Caricom y otros mecanismos regionales, en especial con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
A juicio del canciller de San Cristóbal y Nieves, Mark Brantley, las deportaciones masivas asociadas a las políticas estadounidenses plantean mayores dificultades económicas para los territorios de origen y transgresiones a los derechos humanos.
Otro fenómeno lesivo es la decreciente cooperación financiera y técnica proveniente de grandes potencias en términos de ayuda oficial para el desarrollo, consideró la ministra de Relaciones Exteriores de Surinam, Yldiz Deborah Pollark-Beighle.
Entre las visiones compartidas, primó el propósito de reforzar la cohesión en el ámbito regional, aprovechando las potencialidades propias de CARICOM y el carácter más universal de la CELAC.
Los funcionarios abogaron, además, por la ejecución de proyectos que contribuyan a la conectividad aérea y marítima regional, el fomento del turismo sostenible, la mitigación de los impactos climáticos y la prevención de peligros por desastres naturales.
Al decir del canciller cubano, Bruno Rodríguez, la actual coyuntura hemisférica obliga a América Latina y el Caribe a reforzar su unidad y capacidad de concertación, para hacer valer ese consenso general en los foros multilaterales.
La CELAC, apuntó, debe servir como espacio de diálogo y actuación conjunta como única forma de hacer valer nuestros enfoques en un escenario mundial de crecientes amenazas a la paz, el desarrollo y al disfrute de todos los derechos humanos por parte de todas las personas.
CARICOM reúne a Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.