FMI hará estudio sobre concentración bancaria en Perú y Brasil
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FMI hará estudio sobre concentración bancaria en Perú y Brasil
Lima, 4 de febrero. (La República).- No es una opinión que pueda ser tachada de antisistema como ha ocurrido recientemente en el debate de la concentración del sector farmacéutico. Es el Fondo Monetario Internacional (FMI) que acaba de advertir que el sistema bancario peruano presenta una concentración, junto a una “fuerte” dolarización de la economía.
En su reciente informe titulado Países en el punto de mira financiero del FMI en 2018, el Fondo señala que en el Perú los bancos parecen ser fuertes, pero que se observa una concentración del sector bancario, por lo que ha incluido al Perú en las 10 evaluaciones de sistemas financieros de países miembros que llevará a cabo este año. En América del Sur, serán Perú y Brasil los objetos de este estudio, con el propósito de identificar riesgos y proponer políticas que refuercen la estabilidad financiera, reducir los riesgos derivados de la dolarización, incrementar la competencia en los servicios financieros y fortalecer los mercados monetarios y de capitales poco desarrollados.
El FMI, que hace dos años cerró su oficina en el Perú y que atiende los asuntos peruanos desde su sede en Bolivia, se ha hecho eco finalmente de las alertas de las instituciones nacionales y de la academia respecto a la falta de competencia en el sector bancario, que se refleja en el costo de las operaciones y en la vulnerabilidad del sistema ante eventuales impactos externos e internos.
El año pasado, en una comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, el presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, cuestionó la tendencia de la evolución de las tasas de interés y la falta de reducción más notoria. El titular del BCR señaló que la principal causa es la falta competencia dentro del sistema financiero cuya composición calificó de lesiva para el usuario peruano, anotando un dato: que las tasas de interés promedio para las tarjetas de crédito se sitúan por encima del 30% mientras que las tasas de interés promedio de los créditos de consumo están en 48%.
Los niveles de concentración de este sector son altos. Una apreciación global indicaría una composición plural del sistema, con 16 bancos privados solventes, 4 entidades financieras estatales, 11 empresas financieras, 11 cajas municipales de ahorro y crédito, 6 cajas rurales, y 9 edpymes. Sin embargo, los cuatro (4) primeros bancos concentran alrededor del 83% del total de créditos y depósitos de estos y el 95% de la utilidad neta del sector.
Esto ha conllevado a que el Perú tenga las tasas activa y pasiva más altas de la región, junto a Brasil, y a una dificultad cierta para establecer medidas de ampliación del crédito, regulación de la condiciones y supervisión eficaz de cobros de tasas, debido a la fuerza evidente de los grandes operadores bancarios. El bloqueo de los proyectos de ley contra las concentraciones presentados desde el año 2012 y la falta de interés de este Parlamento por llevar adelante un debate productivo para arribar a una norma lo confirma.
FMI hará estudio sobre concentración bancaria en Perú y Brasil
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FMI hará estudio sobre concentración bancaria en Perú y Brasil
Lima, 4 de febrero. (La República).- No es una opinión que pueda ser tachada de antisistema como ha ocurrido recientemente en el debate de la concentración del sector farmacéutico. Es el Fondo Monetario Internacional (FMI) que acaba de advertir que el sistema bancario peruano presenta una concentración, junto a una “fuerte” dolarización de la economía.
En su reciente informe titulado Países en el punto de mira financiero del FMI en 2018, el Fondo señala que en el Perú los bancos parecen ser fuertes, pero que se observa una concentración del sector bancario, por lo que ha incluido al Perú en las 10 evaluaciones de sistemas financieros de países miembros que llevará a cabo este año. En América del Sur, serán Perú y Brasil los objetos de este estudio, con el propósito de identificar riesgos y proponer políticas que refuercen la estabilidad financiera, reducir los riesgos derivados de la dolarización, incrementar la competencia en los servicios financieros y fortalecer los mercados monetarios y de capitales poco desarrollados.
El FMI, que hace dos años cerró su oficina en el Perú y que atiende los asuntos peruanos desde su sede en Bolivia, se ha hecho eco finalmente de las alertas de las instituciones nacionales y de la academia respecto a la falta de competencia en el sector bancario, que se refleja en el costo de las operaciones y en la vulnerabilidad del sistema ante eventuales impactos externos e internos.
El año pasado, en una comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, el presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, cuestionó la tendencia de la evolución de las tasas de interés y la falta de reducción más notoria. El titular del BCR señaló que la principal causa es la falta competencia dentro del sistema financiero cuya composición calificó de lesiva para el usuario peruano, anotando un dato: que las tasas de interés promedio para las tarjetas de crédito se sitúan por encima del 30% mientras que las tasas de interés promedio de los créditos de consumo están en 48%.
Los niveles de concentración de este sector son altos. Una apreciación global indicaría una composición plural del sistema, con 16 bancos privados solventes, 4 entidades financieras estatales, 11 empresas financieras, 11 cajas municipales de ahorro y crédito, 6 cajas rurales, y 9 edpymes. Sin embargo, los cuatro (4) primeros bancos concentran alrededor del 83% del total de créditos y depósitos de estos y el 95% de la utilidad neta del sector.
Esto ha conllevado a que el Perú tenga las tasas activa y pasiva más altas de la región, junto a Brasil, y a una dificultad cierta para establecer medidas de ampliación del crédito, regulación de la condiciones y supervisión eficaz de cobros de tasas, debido a la fuerza evidente de los grandes operadores bancarios. El bloqueo de los proyectos de ley contra las concentraciones presentados desde el año 2012 y la falta de interés de este Parlamento por llevar adelante un debate productivo para arribar a una norma lo confirma.