Paraguay sin cambios estructurales disipa mejoras en el desarrollo
Foto:LaNación.
Paraguay sin cambios estructurales disipa mejoras en el desarrollo
Asunción, 30 de abril, (LaNación).-En el concierto mundial está claro que Paraguay registra desde hace algunos años altas tasas de crecimiento y avances en la reducción de las brechas sociales; sin embargo, aún se mantienen obstáculos al desarrollo de actividades productivas que mejoren las condiciones de vida de la población.
La base de la nueva estrategia de cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el Paraguay fue presentada días atrás. El documento es un análisis sobre los desafíos que Paraguay deberá vencer para alcanzar mayores niveles de bienestar y desarrollo.
A decir del BID, el país y el nuevo gobierno de Mario Abdo Benítez, que asumirá funciones en agosto de 2018, afrontan un doble desafío de desarrollo. Por un lado, deberán promover cambios estructurales que generen ganancias de productividad, bajo criterios de sostenibilidad ambiental y, a la vez, garantizar que dichas transformaciones productivas se traduzcan en beneficios para los jóvenes, las mujeres y las poblaciones indígenas.
Cómo se ve
Para el BID, Paraguay fue una de las economías más dinámicas de América Latina y el Caribe (ALC) durante la última década, entre 2004 y 2016 el PIB real de nuestro país creció en un promedio cercano al 5% por año, muy por encima del crecimiento promedio observado en el resto de la región que fue de 3,2%.
Asimismo, el organismo multilateral destaca que durante 2015 y 2016, mientras se registraba una marcada desaceleración del crecimiento en la región (crecimiento de 0,1% en 2015 y contracción estimada en 1,0% para 2016), la economía paraguaya se expandió en 3,0% y 4,1%, respectivamente.
El análisis valora el manejo coherente de la política macroeconómica paraguaya, que contribuye a neutralizar los efectos de la volatilidad regional. En los últimos cinco años, el país fortaleció las metas de inflación (política monetaria) y la Ley de Responsabilidad Fiscal, hechos que contribuyeron a mantener la estabilidad de precios y niveles sostenibles de endeudamiento.
Además, destaca que los indicadores sociales de Paraguay mejoraron desde 2004, la pobreza total y la extrema presentan reducciones de 40,8% y 36,8% y la desigualdad de ingresos disminuyó en cerca de 6%. Aunque persisten desafíos en ciertos sectores del país y en poblaciones vulnerables, particularmente jóvenes, mujeres y poblaciones indígenas.
El BID también reconoce una tendencia positiva respecto del capital educativo y la esperanza de vida, los mayores incrementos se suscitaron en zonas rurales y entre mujeres. La pobreza total rural es 1,6 veces superior a la registrada en zona urbana. Asimismo, la acumulación de años de educación en zonas rurales (5,6 años en 2004-16) es equivalente a 60,5% del acervo educativo registrado en áreas urbanas.
Con relación al medio ambiente y la vulnerabilidad al cambio climático, el BID considera que Paraguay aún tiene una deuda pendiente, asegura que diferentes mediciones sitúan a nuestro país entre los países más vulnerables de la región a eventos climáticos extremos, con pérdidas que pueden representar más de 5% del PIB agropecuario. A esto se suman la pérdida de cerca de 20% de la superficie total de bosques desde 1990 y el deterioro progresivo de fuentes hídricas superficiales y subterráneas.
A la luz del análisis, el BID espera que Paraguay avance en profundizar los cambios estructurales que se requiere para mejorar los niveles de bienestar y desarrollo de la población. El organismo espera convertirse en un socio estratégico de nuestro país en los futuros años, para apoyar al sector privado en importantes iniciativas.
Continúe leyendo aquí:https://www.lanacion.com.py
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Asunción, 30 de abril, (LaNación).-En el concierto mundial está claro que Paraguay registra desde hace algunos años altas tasas de crecimiento y avances en la reducción de las brechas sociales; sin embargo, aún se mantienen obstáculos al desarrollo de actividades productivas que mejoren las condiciones de vida de la población.
La base de la nueva estrategia de cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el Paraguay fue presentada días atrás. El documento es un análisis sobre los desafíos que Paraguay deberá vencer para alcanzar mayores niveles de bienestar y desarrollo.
A decir del BID, el país y el nuevo gobierno de Mario Abdo Benítez, que asumirá funciones en agosto de 2018, afrontan un doble desafío de desarrollo. Por un lado, deberán promover cambios estructurales que generen ganancias de productividad, bajo criterios de sostenibilidad ambiental y, a la vez, garantizar que dichas transformaciones productivas se traduzcan en beneficios para los jóvenes, las mujeres y las poblaciones indígenas.
Cómo se ve
Para el BID, Paraguay fue una de las economías más dinámicas de América Latina y el Caribe (ALC) durante la última década, entre 2004 y 2016 el PIB real de nuestro país creció en un promedio cercano al 5% por año, muy por encima del crecimiento promedio observado en el resto de la región que fue de 3,2%.
Asimismo, el organismo multilateral destaca que durante 2015 y 2016, mientras se registraba una marcada desaceleración del crecimiento en la región (crecimiento de 0,1% en 2015 y contracción estimada en 1,0% para 2016), la economía paraguaya se expandió en 3,0% y 4,1%, respectivamente.
El análisis valora el manejo coherente de la política macroeconómica paraguaya, que contribuye a neutralizar los efectos de la volatilidad regional. En los últimos cinco años, el país fortaleció las metas de inflación (política monetaria) y la Ley de Responsabilidad Fiscal, hechos que contribuyeron a mantener la estabilidad de precios y niveles sostenibles de endeudamiento.
Además, destaca que los indicadores sociales de Paraguay mejoraron desde 2004, la pobreza total y la extrema presentan reducciones de 40,8% y 36,8% y la desigualdad de ingresos disminuyó en cerca de 6%. Aunque persisten desafíos en ciertos sectores del país y en poblaciones vulnerables, particularmente jóvenes, mujeres y poblaciones indígenas.
El BID también reconoce una tendencia positiva respecto del capital educativo y la esperanza de vida, los mayores incrementos se suscitaron en zonas rurales y entre mujeres. La pobreza total rural es 1,6 veces superior a la registrada en zona urbana. Asimismo, la acumulación de años de educación en zonas rurales (5,6 años en 2004-16) es equivalente a 60,5% del acervo educativo registrado en áreas urbanas.
Con relación al medio ambiente y la vulnerabilidad al cambio climático, el BID considera que Paraguay aún tiene una deuda pendiente, asegura que diferentes mediciones sitúan a nuestro país entre los países más vulnerables de la región a eventos climáticos extremos, con pérdidas que pueden representar más de 5% del PIB agropecuario. A esto se suman la pérdida de cerca de 20% de la superficie total de bosques desde 1990 y el deterioro progresivo de fuentes hídricas superficiales y subterráneas.
A la luz del análisis, el BID espera que Paraguay avance en profundizar los cambios estructurales que se requiere para mejorar los niveles de bienestar y desarrollo de la población. El organismo espera convertirse en un socio estratégico de nuestro país en los futuros años, para apoyar al sector privado en importantes iniciativas.
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